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MÚSICA

Fallece Rocío Jurado, la voz de la copla

Por Eduardo IglesiasTiempo de lectura2 min
Espectáculos01-06-2006

Su lucha contra la enfermedad fue una muestra más del esfuerzo constante de Rocío Jurado por estar en lo más alto. Consiguió el éxito, pero al final no logró sobrevivir, y desde luego no porque no lo intentase. Hacía casi dos años que había anunciado al público que sufría un cáncer. El pasado 1 de junio la muerte fue más fuerte que la vida y la apartó para siempre de los escenarios.

Nacida en Chipiona (Cádiz) hace 61 años, Rocío Jurado provenía de una familia donde su padre, a pesar de ser zapatero de profesión, organizaba una y otra fiestas flamencas en las que cantaba su hija. De ahí a lanzarse a la profesionalidad fue apenas un paso. En los primeros años 60 marchó a Madrid y comenzó a trabajar en el tablao El duende de Pastora Imperio. Tras pasar por varios espectáculos llegó al Teatro de la Zarzuela. Ese punto fue clave en su carrera, pues ahí encontró su hueco en el mundo del espectáculo: en lugar de optar por el flamenco, como hizo Lola Flores, ella se centró en la copla, que con ella alcanzó algunas de sus más altas cotas de calidad. En 1969 lanzó su primer álbum, Rocío Jurado, al que siguieron más de 30 entre discos de estudio, directos y recopilatorios. El último, Rocío... siempre, era un disco claramente homenaje ante un futuro oscuro y conocido. Su sello personal siempre fue su portentosa voz y esa fuerza y carácter que imprimía a sus interpretaciones. Porque Rocío hacía precisamente eso, interpretar, llenar sus canciones de intensidad y gestos que mostraban que ella se dejaba el alma en cada uno de sus temas, especialmente en los más famosos, como Como una ola y Como yo te amo. Más allá del mundo de la música, Rocío Jurado trabajó en una decena de películas, todas ellas en la línea del musical, aprovechando el tirón de su fama y su voz. La Lola se va a los puertos fue una de las más famosas, pero también colaboró con Carlos Saura en dos de sus filmes sobre la música española: El amor brujo y Sevillanas. Fuera de su arte, Rocío Jurado fue objetivo del mundo de la prensa a raíz de su carrera y también de su matrimonio con dos nombres conocidos: el boxeador Pedro Carrasco en 1976 y el torero José Ortega Cano en 1995.