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ESTATUTO CATALÁN

Comienza la campaña por el referéndum con tintes de plebiscito electoral

Por Teresa GarcíaTiempo de lectura2 min
España03-06-2006

Aunque algunos partidos catalanes quieren evitar que el referéndum del Estatuto se convierta en unas primarias, algunos lemas de campaña fomentan el voto de castigo, lo que puede convertir el 18 J en un plebiscito previo a las elecciones de otoño.

En la presentación del nuevo eslogan socialista: “ Si gana Cataluña, no gana el PP”, el secretario de organización del PSC, José Zaragoza, aseguró que la campaña promovida por su grupo sólo actúa como portavoz y altavoz oficial de lo que la gente expresa en la calle. Sin embargo, el derecho a la libertad de expresión también tiene sus límites, y en esta ocasión, el presidente del PP catalán, Josep Piqué ha visto en peligro la constitucionalidad de esta campaña. La confrontación política con el Partido Popular se revela por el momento como el único argumento de los dirigentes del PSC para convencer a los ciudadanos indecisos, la mayoría votantes de izquierdas, para que acudan a las urnas el 18 de junio. La agresividad de los eslóganes de esta campaña política hacen pensar que ningún grupo político tiene claro que el liderazgo del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, vuelva a serlo después de las elecciones de otoño. Para conseguirlo, los socialistas catalanes contarán con el apoyo del líder del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. Igualmente beligerante en su campaña, aunque no en su lema es ICV, el actual socio de Maragall en el Gobierno. Su líder, Joan Saura, ha sido uno de los principales impulsores de un proyecto, cuyo modelo social está inspirado en las tesis ecologistas, y advierte, que al igual que el PSC, Su enemigo será el PP. CiU también ha activado toda su maquinaria electoral para apoyar el “Si”. Es más, está dispuesto incluso a participar en algún acto favorable al PSC, algo impensable en el caso de las formaciones tradicionalmente antagónicas y unidas ahora por una causa común. Finalmente el PP mantendrá su postura y, apoyado por el líder de su partido, Mariano Rajoy, pondrá en acento en el intervencionismo político y la anticonstitucionalidad del texto.