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FRAUDES

Toma el dinero y corre

Por Elena De Román MartínTiempo de lectura2 min
Economía27-05-2006

Los responsables de Enron, compañía eléctrica estadounidense, han sido declarados culpables de conspiración, fraude y maniobras financieras de ocultación de pérdidas. El caso Enron está considerado como el más importante de los escándalos corporativos juzgados en Estados Unidos. Éste es el momento de hacer un repaso a las estafas más importantes de los últimos años.

2002 fue un año prolífico en fraudes en la economía estadounidense. Ocho meses después de que se destapara todo el asunto de Enron, Worldcom, la segunda operadora telefónica estadounidense, reconoció en un principio que había registrado en sus libros 3.850 millones de gastos como inversiones en 2001; finalmente, resultaron ser 11.000 millones de dólares de fraude y 41.000 millones de deuda. Como consecuencia, Worldcom sufrió la mayor quiebra empresarial conocida en Estados Unidos y su ex presidente, Bernard Ebbers, fue declarado culpable. En abril de 2005 salió de la bancarrota con una deuda muy reducida y con el nuevo nombre de MCI. En septiembre de ese año, una juez federal obligó a Worldcom a indemnizar a los inversores y entidades financieras que se vieron perjudicados por sus maniobras para ocultar las pérdidas. Fue la mayor compensación por fraude de la historia de los Estados Unidos. A Enron y Worldcom se le añadió un tercero: el fabricante de fotocopiadoras y servicios para oficinas Xerox admitió, tres días después de la confesión de Worlcom, haber contabilizado por anticipado ingresos de hasta 6.000 millones de dólares durante el periodo 1997-2001. Y así, suma y sigue. Estafas a la española Ya en este lado del charco, también se han producido escándalos financieros muy sonados. El último de ellos ha sido la estafa de los sellos, pero no hay que olvidar los fraudes de Opening y de Gescartera. En el caso del primero, la academia de inglés filial de CEAC tuvo que cerrar en 2001 sus centros de toda España por problemas económicos. El contratiempo se agravó cuando casi la mitad de su alumnado (más de 85.000 personas) vio que tenía que seguir pagando unas clases ya inexistentes. ¿El motivo? Diversas entidades financieras seguían cobrando los recibos de las mensualidades de los cursos después de que un acto judicial paralizase estos abonos. Pero si hubo un fraude que dio que hablar, éste fue el de Gescartera, la agencia de valores. Su dueño, Antonio Camacho, eludió a lo largo de nueve años los controles de la Agencia Tributaria, de una auditoría y hasta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Se convirtió en el primer escándalo financiero del Gobierno de José María Aznar. Aunque lo más increíble fue que logró hacer desaparecer 18.000 millones de pesetas.