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MONTENEGRO

Las últimas piezas de la antigua Yugoslavia

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional28-05-2006

Con el referéndum de esta semana, Montenegro vuelve a un estatus de independencia que perdió con la Primera Guerra Mundial, cuando fue absorbida por Serbia. Pero no fue hasta la Guerra de los Balcanes cuando la República montenegrina vio quebrada la prosperidad que le había caracterizado. La escisión de Montenegro de Serbia supone la desintegración definitiva del crisol de naciones que conformaron la antigua Yugoslavia.

Ya en el año 1077 el Papa Gregorio VII reconoció la independencia del Principado de Montenegro, habitado durante siglos por diferentes tribus eslavas e integrado en aquel momento dentro del Imperio Bizantino. Desde el 1186 y hasta el final de la Guerra Ruso-Turca (1876-1878), la región permaneció anexionada a Serbia. La independencia de Montenegro quedó asegurada tras la guerra entre Turquía y Rusia, convirtiéndose en un reino próspero de mayor extensión fronteriza que el actual. Sin embargo, con la Primera Guerra Mundial, Serbia volvió a anexionarse la región, que pasaría más tarde a estar integrada dentro del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. Éste, conformado por los actuales estados de Bosnia-Herzegovina, Serbia, Croacia, Eslovenia, Montenegro y Macedonia, se convertiría en el Reino de Yugoslavia en 1929 y posteriormente, tras la Segunda Guerra Mundial, en la República Socialista de Yugoslavia (1946). Como República yugoslava, Montenegro alcanzó grandes cotas de autonomía y prosperidad, al ser la más pequeña de la Federación y recibir las mayores aportaciones del Estado. En la década de los 90, la Guerra de los Balcanes supuso el principio del fin de la antigua Yugoslavia, Eslovenia, Macedonia, Croacia y Bosnia-Herzegovina, lograrían entonces su independencia. Montenegro y Serbia conformaron la República Federal de Yugoslavia, gravemente afectada por las guerras contra croatas y bosnios. Las tensiones entre serbios y montenegrinos fueron acrecentándose con el paso de los años, lo que conllevó a que en 2002 se cambiara la denominación del país, pasando a ser la Federación de Serbia y Montenegro. Esto no aplacó los ánimos independentistas de Montenegro y la presión de los bloques soberanistas fue en aumento hasta la convocatoria del referéndum del 21 de mayo. El nuevo Estado de Montenegro es también un crisol de etnias distintas, donde los autóctonos, el 43,16 por ciento de la población, conviven con serbios (31,99 por ciento) bosnios (7,77 por ciento) albanos (5,03 por ciento) musulmanes (3,97 por ciento) croatas (1,10 por ciento) y gitanos (0,46 por ciento). Con su independencia, en Serbia se observa ahora atentamente hacia Kosovo y Vojvodina, dos provincias autónomas que también reclaman su independencia.