CASO ENRON
El presidente y el fundador se repartirán una pena de 230 años de cárcel
Por Paula Escalada Medrano2 min
Economía27-05-2006
Cinco años después de que Estados Unidos se estremeciera con el colapso de la séptima compañía del país y, tras un juicio de más de cuatro meses, los principales cargos de Enron, presidente y fundador, tendrán que enfrentarse pronto a las rejas.
Kenneth Lay y Jeffrey Skilling eran las cabezas visibles y, tal y como se ha demostrado y se les ha acusado, las cabezas pensantes de una trama de conspiraciones y fraudes que consistían en hacer operaciones financieras para exagerar los beneficios de Enron y ocultar sus pérdidas. Lay y Skilling cubrían una amplia red de trucos contables insostenibles y operaciones defectuosas que llevaron a Enron a la bancarrota. Pero como la magia empresarial no dura infinitamente, el escándalo salió a la luz en 2001 y hoy tendrán que enfrentarse a sus actos. Cuatro meses ha durado el juicio pero es muy probable que los afectados por la trama de Enron hayan quedado satisfechos con la sentencia, que bien seguro sentará precedentes. Lay y Skilling han sido acusados de 25 cargos, entre los dos, y se enfrentan a una pena de más de 200 años. Concretamente el fundador Lay, de 62 años, ha sido culpable de los seis cargos que pesaban sobre él y puede pasar en la cárcel unos 45 años. Y Skilling, de 54 años, presidente de Enron en 2001, ha sido acusado de 19 de los 28 cargos de los que estaba acusado y podrá pasar en la cárcel 185 años de cárcel aproximadamente. Pero a los que no ha gustado la sentencia, además de a Lay y Skilling, claro, ha sido a su equipo de abogados. De hecho, después de conocer la sentencia, han dicho que se “ha librado una gran batalla hasta el momento” y que ahora se estudiará la presentación de un recurso de apelación “enérgico”. De momento, el próximo 11 de septiembre se sabrá cuántos años tienen que pasar Lay y Skilling en la cárcel ya que ese día el juez expondrá su veredicto. El número dos del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Paul McNulty, ha asegurado que Enron es “el símbolo de los escándalos empresariales” y que casos como éste “nos alientan para luchar contra la corrupción donde la encontremos”.