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CATALUÑA

Punto y final a dos años y medio de escándalos y enfrentamientos

Por Ángela MarchanteTiempo de lectura3 min
España14-05-2006

A bastado un “no” al Estatuto catalán por parte de Esquerra Republicana de cara al próximo referéndum del 18 de junio para desmoronar el poco diálogo que desde hace meses había en el Gobierno de Cataluña. Una gota que ha colmado el vaso y ha traído como consecuencia el fallecimiento definitivo del llamado Tripartito.

El presidente de la Generalitat, Pascual Maragall, expulsó del Govern a los consejeros de ERC y el líder de la formación independentista, Josep Lluis Carod-Rovira respondió con la retirada de todos sus altos cargos, aproximadamente 300. Así, se cumple el fin de un pacto consensuado hace dos años y medio. El 14 de diciembre de 2003 llega a la política española el Pacto de Tinell donde se garantizaba la elaboración de un nuevo Estatuto de Cataluña con “un Gobierno más democrático, un impulso económico considerable, un avance sistemático y acelerado y una nueva política para Cataluña”. Además, excluía cualquier movimiento que conllevara a la amistad con el Partido Popular, con la negativa de incluir algún pacto de Gobierno con este partido. Días después, Pascual Maragall se hacía con la presidencia de la Generalitat y comenzaba un camino duro y difícil marcado por las diferentes desavenencias e incompatibilidades. El 26 de enero de 2004, Carod-Rovira acudía a una reunión secreta con la cúpula de ETA. Este encuentro concluye con la pronunciación de la banda terrorista. ETA pacta una tregua única para la comunidad catalana excluyéndolos de cualquier acción violenta en su territorio. De este modo, Carod es cesado por Maragall. Este episodio supone el primer lunar del Gobierno Tripartito. Sin embargo, la inesperada llegada del PSOE a la presidencia en las Elecciones Generales del 14 de marzo les brinda una nueva oportunidad. Sin embargo, Maragall continuó provocando dolores de cabeza a su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. Su advertencia de poner en manos de la justicia la traducción de la Constitución Europea al catalán y al valenciano le hizo verse envuelto, de nuevo, en un cúmulo de problemas provocados por él mismo y con un alto grado de amenaza. Seguidamente, Carod-Rovira se pone manos a la obra y planea su próxima estrategia. Comenzó así su boicot a la candidatura olímpica Madrid 2012, cuyos principales afectados fueron diversas empresas catalanas. Pero eso no fue todo. No contentos, Carod-Rovira y Maragall en un viaje oficial a Israel protagonizaron una polémica escena que ofendió a gran parte de políticos y de ciudadanos de a pie. El episodio consistió en colocarse una corona de espinas en la cabeza mientras Maragall le fotografiaba. Ambos se mofaban de la situación. También ERC protagonizó uno de los últimos episodios al enviar a distintos funcionarios de la Generalitat cartas en las que se pedía financiación para el partido a como prestación a su puesto de trabajo. Con todo esto, el Tripartido ya agonizaba y ERC se ha encargado de quitarle la mascara de oxigeno a la que estaba sometido desde su comienzo. Su voto negativo al nuevo Estatuto ha derivado en el fallecimiento que muchos esperaban desde hacía tiempo. Como consecuencia, ERC ha sido expulsado del Gobierno y Maragall ha anunciado un adelanto de las elecciones. De este modo, en tan sólo dos años se roto un matrimonio, el formado por socialista y republicanos en el que la polémicas y las constantes desavenencias han terminado por enterrar la ilusión y el optimismo con en el que nació.