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TOROS

Salvador Cortés, nuevo ídolo de Sevilla

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Espectáculos28-04-2006

Apostó a una sóla carta y ganó. Tras cortar dos orejas en la feria de 2005, Salvador Cortés acudió a Sevilla un año después con predisposición y torería. Su buen hacer con los de Parladé encandilaron a la afición maestrante y le abrió de par en par la Puerta del Príncipe del coso del Baratillo. Posiblemente, la Maestranza tenga nuevo dueño.

La mancha de la mora con otra verde se quita. Andaba fría la relación. Y eso que es primavera, que hay flores y que a orillas del Guadalquivir huele a rosa prendida en el pelo y a farolillos de feria. Antes de despuntar abril, Sevilla tenía el corazón para José Antonio, y José Antonio soñaba con corresponder y revivir aquellas grandes tardes. Pero la lluvia embarró el ferial, manchó los volantes, José Antonio acudió a sus citas, no fue capaz de parir poesía en el vuelo de su muleta y el enamoramiento se desvaneció. Al menos, las rosas no fueron esta vez para el toreo artista de José Antonio Morante de la Puebla, cuyo cartel pesa quilates en la Real Maestranza. Las rosas de la Feria de Abril de 2006 fueron para Salvador Cortés, ese torero que una tarde de primavera de 2005 tomó la alternativa de manos del ídolo de Sevilla en con toros de Núñez del Cuvillo. Aquellas dos orejas fueron un premio que la empresa de la Maestranza valoró en una sola actuación en la feria del año siguiente. Quizás, el año que viene, en proporción de orejas y de tardes, el sevillano tenga derecho a dos tardes en Abril, pues en esto del toreo demasiadas veces no hay jueces justos. Cuatro, sí, cuatro orejas fueron a parar al esportón de Salvador Cortés el viernes 28 de abril. El torero se anunciaba con toros de Parladé, en compañía de David Fandila El Fandi y Javier Conde. Y además de apéndices, el esportón se llenó de mano baja, de quietud, de distancia sabia, de toros a medio picar -con fuerza y con brío-, de portagayola, de corazón y de dos estocadas como Dios manda. Y así anda ahora Salvador Cortés, haciendo pesas para cargar con lo de Sevilla, un triunfo al que seguro que alguno añade alguna piedra, para que le pese más en la espalda a este torero que tontea con Sevilla. Y ella le camela como a un ídolo y hasta le tira besitos.