Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

NEPAL

Convulsión social por la actuación autocrática del monarca Gyanendra

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional23-04-2006

El clima de enorme tensión política y social prosigue en Katmandú, la capital nepalí, a raíz de las decisiones del rey Gyanendra, que desde hace más de un año ostenta el poder absoluto en Nepal. Aunque el monarca dice querer volver a un sistema democrático, no acepta la convocatoria de elecciones, y la oposición sigue agitando protestas populares que la policía ha reprimido causando 15 muertos y cientos de heridos.

Gyanendra destituyó al Gobierno y se convirtió en monarca absoluto, por segunda vez en sólo tres años, el 1 de febrero de 2005. El monarca alegó que el Ejecutivo nepalí había "fracasado en preparar el terreno para la celebración de unas elecciones antes del próximo abril y en proteger a la democracia y la soberanía del pueblo". El Gobierno del primer ministro Sher Bhadur Deuba había fracasado en la reanudación de las conversaciones de paz con los rebeldes de la guerrilla maoísta. El rey optó entonces por la destitución del Ejecutivo y la declaración del estado de emergencia: el Ejército tomó las calles de Katmandú, el aeropuerto internacional quedó cerrado y las comunicaciones -internas o externas- cortadas. Más de un año después, Gyanendra anunció esta semana su intención de devolver al pueblo los poderes ejecutivos y pidió a la oposición un nuevo candidato a jefe de Gobierno. En esta línea, el monarca expresó su compromiso con "la monarquía constitucional" y "la democracia multipartidista", pero no fijó una fecha para unas futuras elecciones. Por ello, la oposición, integrada por siete partidos, mostró su enérgico rechazo a las intenciones de Gyanendra y convocó movilizaciones en la capital. Después de casi veinte días de protestas, 15 muertos y cientos de heridos, y un toque de queda diurno, los partidos políticos siguen manteniendo que la decisión del monarca llega demasiado tarde. Además, la oposición cuenta en este momento con el apoyo de la guerrilla maoísta, que controla gran parte del país y el pasado noviembre acordó con los partidos emprender acciones conjuntas contra Gyanendra. Los guerrilleros llevan poniendo en jaque a la monarquía desde hace nueve años, con la intención de derrocar al monarca e instaurar una república de corte comunista. En octubre de 2002, Gyanendra ya destituyó al Gobierno y su primer ministro, Deuba, además de al Parlamento democráticamente elegido, acusando a las instituciones de "ineptitud" y "corrupción". Lo cierto es que la subida al trono de Gyanendra también fue causa de una enorme polémica: el anterior heredero, el príncipe Dipendra, provocó un extraño incidente al acabar con la vida de sus padres y siete miembros de la familia y posteriormente suicidarse, lo que cedió la corona al actual monarca.