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BALONMANO

Ciudad Real y Valladolid ¬acarician¬ la gloria europea

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura3 min
Deportes23-04-2006

Los deseos de revancha del Ciudad Real, subcampeón la temporada pasada, quedaron en buena medida colmados al conseguir una amplia renta en la cancha del San Antonio. La ida de la final de la Liga de Campeones deparó un contundente 19-25 a favor de los manchegos, que se aprovecharon de su mayor profundidad de banquillo. En la Recopa, el Valladolid también cosechó una buena ventaja contra el Chekhov, 36-29, aunque deberá refrendarla en tierras rusas. Además, el Lemgo alemán cobró ventaja contra el Göppingen en la Copa EHF: 29-30.

Liga de Campeones Con Mateo Garralda lesionado, el croata Ivano Balic tocado físicamente y el cansancio acumulado de la lucha por el título de liga, el San Antonio no pudo aguantar el despliegue físico y táctico de un Ciudad Real inmenso. Una defensa casi impenetrable y un portero, el serbio Arpad Sterbik, en un momento de forma casi perfecto, los de Talant Dujshebaev destrozaron el ataque navarro, que apenas pudo conseguir seis goles en todo el primer periodo. En cambio, los manchegos supieron encontrar los huecos en el muro defensivo pamplonés, a priori su mejor arma, y cobraron una ventaja estimable desde el comienzo. En el segundo tiempo nada cambió. Sólo los destellos de calidad de Albert Rocas –autor de cinco goles– y alguna parada de mérito del danés Kasper Hvdit evitaban la completa humillación de los hombres de Francisco Javier Zupo Equisoain. Los actuales subcampeones, en tanto, mantenían la diferencia gracias a la efectividad de Rolando Uríos, Olafur Stefansson y Mirza Dzomba, que sumaron 14 tantos desde el pivote, el lateral, el extremo…. Con todo, la relajación en los últimos instantes permitió a los pamploneses dejar la desventaja en seis goles, aun así una diferencia muy difícil de remontar, pues les espera un ambiente fenomenal en el Quijote Arena. Recopa El equipo que dirige Juan Carlos Pastor pasó apuros en los primeros minutos, en los que el poderío físico del Chekhov supuso un difícil obstáculo para el ataque español. La defensa rusa era una muralla difícil de penetrar por su contundencia, pero, al menos, la zaga pucelana no se quedaba atrás con su dinamismo. El sistema defensivo, con Antonio Ugalde como avanzado, llevó a los castellanos a liderar el marcador al descanso por 17-16. Para ello, los goles de los laterales Eric Gull, diez, y Alen Muratovic, seis, resultaron fundamentales. En la reanudación, empero, el Valladolid consiguieron imponer su ritmo de juego y, guiados por un Chema Rodríguez espléndido, comenzaron a escaparse en el marcador. Además, los visitantes cedieron en las labores defensivas, en buena parte por la decena de exclusiones que acumularon, y tan sólo el lateral zurdo Alexei Rastvortsev, con ocho goles, salvó la imagen del Chekhov, un conjunto que se mostró duro y jugó siempre al límite del reglamento, hasta el punto de que el extremo Dmitri Kovalev vio la tarjeta roja directa en la última jugada. La continuación de la solidez defensiva bastó a los castellanos para sellar una esperanzadora renta para la vuelta, con vistas a lograr el que sería su primer gran título europeo. Copa EHF En la final alemana, el Lemgo salió victorioso gracias a su mayor consistencia en los instantes decisivos. Los de Volker Mudrow lograron una importante victoria a domicilio que pese, a no reportarles una gran ventaja, les concede una buena dosis de moral. En un partido enormemente igualado, los 16 goles –a medias– de sus laterales, el islandés Logi Geirsson y el checo Filip Jicha, lanzaron a los visitantes, aunque unos inspirados Volker Michel y Christian Schöne, desde las posiciones de lateral y central, respectivamente, mantenían al Göppingen con 13 tantos entrambos. Así, al descanso la paridad imperaba: 14-14. En los últimos treinta minutos la emoción continuó, hasta que llegados los minutos de tensión, el Göppingen empezó a cometer errores. El Lemgo no desaprovechó la circunstancia para conseguir una pequeña ventaja, que finalmente quedó reducida a un solo gol, pero que en principio parece suficiente para afrontar, en su casa, el partido de vuelta.