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ORIENTE PRÓXIMO

Occidente pausa las ayudas mientras Israel recrudece su ofensiva

Por Salva Martínez MásTiempo de lectura2 min
Internacional16-04-2006

Al no reconocer Israel ni los acuerdos que anteriormente firmaron con ese país los anteriores gobiernos palestinos y no desarmar a los 6.000 hombres que forman su brazo armado, el Gobierno palestino que lidera Hamas se ha quedado sin las ayudas occidentales. La semana pasada perdió oficialmente el apoyo europeo.

Hace dos viernes fue EE.UU. quién dejó de apoyar económicamente a la Autoridad Nacional Palestina (ANP). “El nuevo Gobierno palestino debe asumir las consecuencias de su política”, dijo la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, el día en que el nuevo Ejecutivo palestino vio cómo se le negaban los 411 millones de dólares por año procedentes de Washington. La cifra europea es superior, 500 millones de euros. Como señalaba un diplomático conocedor del dossier de las ayudas occidentales a la ANP, la posición occidental es “intransigente” pero no “maniquea”. Esta diferenciación terminológica se traduce así en el plano práctico: el dinero occidental se utilizará en favor de los palestinos a través de las ONG que se encuentran en los territorios ocupados y de los proyectos de ayuda humanitaria de la ONU en la región en lugar de cederlos directamente a una ANP que, según los occidentales, está dirigida por una organización terrorista. Por su parte, la ONU adoptó una posición poco clara respecto de Hamas la semana pasada. El martes pasado la organización internacional se decía lista para limitar las relaciones con la organización que dirige el Gobierno palestino desde su aplastante victoria en las elecciones legislativas de enero. Pero el mismo día, Stéphane Djuarric, portavoz del secretario general de la ONU, aseguraba que la organización seguirá manteniendo relaciones con los responsables de Hamas “para poner en marcha los programas humanitarios”. Dichos y desdichos que manifiestan lo molesto que parece resultar la elección democrática palestina y el Gobierno que ha resultado de ésta, según analizaba un responsable de la ONU para el periodista Philippe Bolopion. “No estamos en una lógica de castigo colectivo” decía a principios de la semana pasada, Úrsula Planssnik, la ministra de exteriores de Austria, el país que preside la Unión Europea. Pero cómo no pensar que se está ejerciendo dicho castigo por haber elegido democráticamente a Hamas cuando el Gobierno palestino no podrá pagar a 140.000 funcionarios -de los que dependen casi un millón y medio de palestinos- sin las ayudas occidentales. La gravedad de la situación es tal que, según John Ging, director de operaciones humanitarias de la ONU en la Franja Gaza “el reloj está en una cuenta atrás hacia una crisis alimentaria”. También en otro tipo de crisis, pero ésta de seguridad, vive ese territorio palestino desconectado de Cisjordania. La semana pasada, continuó la lluvia de obuses, 300 al día, a la que somete la artillería israelí a la Franja de Gaza para evitar los lanzamientos de misiles caseros de unos militantes palestinos que no están ligados a Hamas. Aunque esta ofensiva militar cause muertes de civiles palestinos, el Ejército israelí no se plantea, por lo pronto, abandonarla. “Hasta que no reine la calma del lado israelí, no reinará en el lado palestino. Nuestras operaciones van a aumentar”, aseguró el ministro de Defensa israelí, Saúl Mofaz.