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CATALUÑA

Maragall trata de ganar control sobre ERC

Por Enrique García GarcíaTiempo de lectura1 min
España08-04-2006

Tras la aprobación hace unos días del texto del Estatuto en el Congreso, toca llevarlo al Parlamento autonómico con sus correspondientes recortes para ser sometido a votación. Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) ha manifestado ya su intención de votar en contra (como de hecho hizo en el Congreso). Los dos miembros restantes del tripartito pactarán, como ya hicieron en Madrid, con Convergencia i Unió (CiU).

Los papeles se han cambiado: la aceptación en el Congreso del modelo de financiación propuesto por CiU y la retirada del término “Nación” del articulado legal del mismo han decidido a esta formación a apoyar el texto, mientras que ERC se niega a aceptarlo con los recortes propuestos por el Gobierno. Todo ello ha avivado la sensación de que el presidente del Gobierno tripartito de Cataluña, Pascual Maragall, no controla a los consejeros de ERC presentes en su Ejecutivo. Se habla de crisis en el tripartito, y los esfuerzos se dirigen ahora a evitar esa imagen. Para empezar, Maragall anunció que, a partir de ahora, las decisiones de la Generalitat que atañen al Consell de Govern se tomarán por votación entre todos los consejeros. Desde Convergencia i Unió, su líder, Artur Mas, ha criticado mucho esta postura, lo que le ha valido a su vez ser calificado de “ignorante” por el presidente Maragall. También ha asegurado que podrá imponer la voluntad de la mayoría a ERC. Y es que las salidas a los medios de la formación nacionalista no han ayudado mucho al Tripartito a apaciguar los ánimos en los últimos tiempos. El líder de Esquerra, José Luís Carod Rovira, recién recuperado de una afección cardiaca, achacaba su recaída a “la persecución” de que dice ser objeto. Pero el asunto que más daño ha hecho a los socios de los independentistas catalanes ha sido el de las supuestas coacciones a funcionarios de la Generalitat no adscritos al partido para que hicieran donaciones “voluntarias” El “no” al estatuto puede ser un nuevo varapalo a la imagen de la opinión pública sobre la autoridad de Maragall. Desde el Gobierno catalán se espera que la toma de decisiones por votación evite futuras crisis y permita el movimiento de los tres partidos en una única dirección.