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FIN DE ETA

La estrategia del presidente

Por Antonio PérezTiempo de lectura3 min
España31-03-2006

El presidente del Gobierno tiene pensada ya la hoja de ruta que debe seguir si se confirma el cese definitivo de la violencia. De momento, y después de reunirse con el líder de la oposición en La Moncloa, cuenta con el apoyo del PP en la lucha antiterrorista.

“Para que la democracia dé pasos, es necesario contrastar que el paso dado por ETA es creíble”. El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró cauto y esperanzado ante un eventual proceso de paz en el País Vasco, pero también dio pistas sobre sus próximos pasos. En una entrevista a Telecinco, Zapatero anunció que tiene la intención de convocar al Pacto Antiterrorista antes de comparecer en el Congreso para pedir ante el Parlamento el aval que le permita iniciar contactos con ETA de cara a lograr la paz definitiva. En ese sentido, afirmó que su deseo “es comparecer cuanto antes, porque eso significaría que las señales son muy positivas de que ETA está en disposición de abrir el paso al fin de la violencia”. De hecho, manifestó su deseo de que esa petición al Congreso se efectúe antes del verano. Pero, antes se debe comprobar que la banda va en serio. Por eso el presidente pidió tiempo y advirtió de que el hecho de que se lleven a cabo “acciones violentas será un elemento preocupante para el proceso”. También valoró la actitud de Arnaldo Otegi, que fue enviado a prisión por orden del juez Grande-Marlaska. Según Zapatero, el líder abertzale ha abogado por un discurso “por la paz y abrir una etapa política distinta en Euskadi”. Por eso espera que los hechos acompañen a las palabras. Del mismo modo, Zapatero justificó el acercamiento a Mariano Rajoy al recordar la influencia de la sintonía personal entre los protagonistas de la Transición y aprovechó para alabar la dedicación de todos los presidentes del Gobierno en la lucha antiterrorista. Guiño al PP y reunión con Ibarretxe La convocatoria previa del Pacto Antiterrorista supone un guiño al PP después de la reunión que Rodríguez Zapatero mantuvo con Mariano Rajoy en La Moncloa. Ese encuentro entre los dos partidos ha reflejado un nuevo clima y ha puesto de manifiesto la intención de trabajar conjuntamente ante la posibilidad del fin del terrorismo. Después de la reunión entre ambos, el líder socialista se comprometió a mantener un diálogo permanente y exclusivo con el presidente del PP sobre la información que disponga del alto el fuego de ETA. Ese ofrecimiento de línea directa con Rajoy hizo que el líder de la oposición se comprometiera a apoyar al Gobierno en el proceso. Un respaldo que, según declaró el líder popular, “no tiene apellidos ideológicos ni partidistas”. Pero antes del acuerdo, Rajoy expresó sus condiciones: que el Gobierno no tome ninguna medida que pueda interpretarse como una contrapartida política a ETA, que no habrá concesiones, que ninguna mesa podrá plantear ningún cambio en la legalidad vigente y que no habrá contactos con organizaciones terroristas o ilegales para tratar estos temas. La nueva alianza entre los dos partidos y el cambio de estrategia ha sido patente ya en el Congreso de los Diputados. Durante la sesión de control al Gobierno y en la votación del Estatuto catalán, el PP centró su discurso en defender su postura criticando la labor del Ejecutivo, pero, no obstante, también ha utilizado el foro público del Congreso para poner en tela de juicio la política de Zapatero. Ante el cambio de postura de la Fiscalía en el encarcelamiento de Otegi, Rajoy acusó al presidente del Gobierno de no cumplir con su palabra y auguró que el hecho era “un muy mal comienzo” en esta nueva etapa. Algo que indica que no todo será un camino de rosas. De hecho, aún queda mucho camino por andar. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, lo sabe y ya ha empezado a conocer de cerca la posición de las distintas fuerzas políticas en una ronda de contactos a la que no ha acudido el PP. El objetivo de Ibarretxe es preparar la reunión que mantendrá con el presidente del Gobierno en los próximos días y, de paso, ir perfilando la estrategia de actuación del Ejecutivo vasco. Los políticos españoles son conscientes de que se enfrentan a un reto difícil. Hay mucho en juego e ir con pies de plomo en este proceso será, más que una opción, una necesidad.