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SALUD

Una estrategia para luchar contra el cáncer en España

Por Beatriz MartínezTiempo de lectura2 min
Sociedad01-04-2006

Pese a que los avances en tratamientos han permitido alcanzar casi el 50 por ciento de curaciones, lo que significa supervivencias superiores a cinco años, el cáncer sigue siendo una de las enfermedades dominantes en la Unión Europea (UE) y en España. En este país constituye la primera causa de muerte, con unas 90.000 defunciones al año (el 25 por ciento de todas las muertes) y 155.000 nuevos casos anuales.

Ya en septiembre de 2002, la entonces ministra de Sanidad, Ana Pastor, anunciaba la puesta en marcha de un Plan Integral contra el Cáncer que consistía en un amplio conjunto de medidas preventivas, de atención a los pacientes y a sus familias, y de impulso a la investigación y la lucha contra el cáncer. Los oncólogos esperan que dicho plan no se reduzca a buenos propósitos y exigen financiación. Se trata de un proyecto que contará con la colaboración de las comunidades autónomas y de un importante grupo de expertos y sociedades. Las principales áreas de trabajo comprenden la detección precoz, mejora de los servicios de atención, apoyo a los pacientes y a las familias en todas las fases de la enfermedad, fomento de la investigación, mejora de los sistemas de información y registro, y reducción de los riesgos de contraerla. Al frente de este proyecto el Ministerio ha puesto a Eduardo Díaz Rubio, jefe de Oncología Médica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, fundador del grupo español de Tratamiento de Tumores Digestivos (TTD), del que es presidente desde su constitución en 1986. En cuanto a la promoción y protección de la salud, los objetivos concretos son reducir el consumo de tabaco del 31 por ciento actual al 28 por ciento en diciembre de 2007, incluyendo la garantía de que todo fumador tenga acceso a medidas que le ayuden a dejar de fumar mediante la creación de dispositivos asistenciales. Además del tabaquismo, en esta línea estratégica se incluyen intervenciones para mejorar los estilos de vida y hábitos alimenticios relacionados con el cáncer, marcándose como prioridad reducir la tasa de obesidad del 14,5 por ciento actual en la población adulta al 11 por ciento tras un año de implantación de la estrategia. En cuanto a la detección precoz, los objetivos son garantizar la existencia de programas de cribado de cáncer de mama, mediante mamografías cada dos años a mujeres con edades comprendidas entre 50 y 69 años. También se prevé el acceso a programas de seguimiento de individuos con riesgo elevado de padecer cáncer de mama, colorrectal y de cervix. De la misma manera, las personas con un riesgo elevado familiar o hereditario de padecer un tumor tendrán garantizado el acceso a unidades especializadas de carácter multidisplinar, donde se evalúe el riesgo individual y familiar de cáncer de mama y colon.