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ORIENTE PRÓXIMO

Kadima, el partido fundado por Sharon, gana las elecciones israelíes

Fotografía
Por Salva Martínez MásTiempo de lectura2 min
Internacional02-04-2006

La victoria de Kadima, menor de lo que anticipaban los sondeos, obligará al actual primer ministro en funciones, Ehud Olmert, a buscar aliados a izquierda, a derecha y, posiblemente, a extrema derecha.

La nueva preocupación del partido del centro israelí Kadima comenzó el último día de la semana pasada: elegir quiénes serán los partenaires del nuevo Gobierno. Tras las elecciones legislativas del martes pasado, la siempre atomizada Knesset (el Parlamento israelí), ha visto cómo ha aumentado la relevancia de los partidos extremistas. El partido Israel Beiteinu es un buen ejemplo de esos partidos políticos que cuentan con un programa radical de extrema derecha y que han salido reforzados tras los comicios del martes pasado. A pesar de que haya otras dos formaciones políticas con un discurso más o menos cercano, como son la Unión Nacional y el partido de los Ultra Ortodoxos; Israel Beiteinu es el partido que, liderado por el israelí de origen moldavo, Avigdor Lieberman, propone, entre otras cosas, la expulsión de los árabes israelíes a los territorios controlados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP). El partido de Lieberman apenas contaba con dos escaños tras las pasadas elecciones de 2003, pero ahora sus doce diputados le sitúan en buena posición ante las negociaciones para formar el nuevo Gobierno. De hecho, el jueves pasado fuentes cercanas a Ehud Olmert aseguraban que el partido de Lieberman está entre los favoritos para formar una coalición con Kadima. En Kadima precisamente recae casi toda la responsabilidad política de formar un nuevo ejecutivo tras su victoria en las elecciones. Sin embargo, la victoria es menos amplia de lo esperado a la luz de los resultados oficiales publicados dos días después de los comicios. Kadima, el partido de centro fundado por Ariel Sharon hace cuatro meses y que actualmente dirige el primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, situará a su actual líder al mando del nuevo ejecutivo dado que Kadima cuenta con 28 de los 120 diputados del Parlamento. Esta cantidad dista de los 36 escaños que los sondeos previos a los comicios preveían para Kadima. Todo lo contrario ha ocurrido con el Partido Laborista que dirige el israelí de origen marroquí, Amir Peretz. Los sondeos anteriores al martes pasado daban a su partido 17 diputados en el mejor de los casos. Finalmente, Peretz celebró la semana pasada que el laborismo israelí tenga 20 representantes en el legislativo. Este “éxito” podría llevar a Peretz hasta las altas instancias políticas de Israel, experiencia de la que este ex sindicalista está falto. El Partido Laborista, situado al centro-izquierda en el panorama político israelí, se presenta como el aliado natural del “centrismo” que lidera Olmert. Según Stéphane Le Bars, la corresponsal en Israel del diario francés Le Monde, es normal que en el entorno de Olmert, “se escuche a menudo que se le pudiera confiar [a Peretz] la Cartera de Defensa”. Lo que es todavía inaudito es que, a pesar de la costumbre, la derecha nacionalista del Likud dirigida por Benjamín Netanyahu vaya a ocupar un puesto relevante en la dirección política del país. De hecho, el Likud se confirma como la primera víctima política del fenómeno Kadima. Tras las elecciones de 2003 el Likud ocupaba 39 escaños. Ahora tiene un escaño menos que el partido de Lieberman.