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TOROS

Un toro de Fuente Ymbro, claro triunfador de las Fallas 2006

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Espectáculos18-03-2006

Una palmera en el desierto; una luz en la oscuridad; la fe en un momento de crisis existencial. Algunas veces la fiesta de los toros renace de sus propias cenizas e incita a creer en su valor, en su significado y en su grandeza. Uno de esos momentos esporádicos llegó el 18 de marzo de 2006, en plena feria de Fallas, en la plaza de toros de Valencia.

Para hacer una tarta hace falta tener materia prima. El ganadero de Fuente Ymbro envió a Valencia un buen saco de harina fina, propia para las reposterías más cuidadas. En el cartel se anunciaban otros buenos ingredientes: el valenciano José Pacheco El Califa, el popular Julián López El Juli y el joven Miguel Ángel Perera. Harinero, un toro mulato de 545 kilos, puso la guinda a un festejo en el que en el apartado ganadero hubo movilidad, que no es poco. El toro se lidió en sexto lugar, una vez que El Califa había fallado con la tizona y El Juli tenía abierta la puerta grande. Los comienzos de Harinero fueron discretos. Cuando uno logra cruzar las dunas y al fin alcanza la sombra de la solitaria palmera no se queja de la pequeñez de su sombra. La perfección no existe: Harinero recibió dos varas y no brilló especialmente en banderillas. Pero una vez que sonó el cambio de tercio, el astado se fue arriba en la muleta. Y el torero lo dejó ver. El buen cocinero acierta con el punto de sal, ni más ni menos. Debe ser buena la materia prima, pero muchas veces se echa a perder por culpa de las manos. Durante la faena, en la que hubo pases enganchados, destacaron especialmente los muletazos por la izquierda. Con el público entregado y los tendidos poblados de pañuelos Perera se había ganado las dos orejas y rabo del excelente ejemplar de Fuente Ymbro, sin necesidad de hundirle el estoque en el morrillo. Antes, el torero había cortado otra oreja, por lo que pudo acompañar en su salida a hombros a El Juli, al ganadero Ricardo Gallardo y al mayoral de Fuente Ymbro. La imagen de esta concurrida puerta grande quedará para la historia de la plaza de toros de Valencia. Dios existe. La fiesta de los toros, también.