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ORIENTE PRÓXIMO

Ehud Olmert propone las fronteras definitivas de Israel

Por Salva Martínez MásTiempo de lectura2 min
Internacional12-03-2006

Ehud Olmert, el primer ministro en funciones y líder de Kadima, el partido que parte como favorito en las elecciones legislativas israelíes del próximo 28 de marzo, aseguró la semana pasada al Jerusalem Post que, si su partido gana esos comicios, israelíes y palestinos tendrán fronteras definitivas en 2010.

La Paz, al tratarse de un convenio, es cosa de dos -o más-. Tras un conflicto, que se restablezcan las fronteras también es algo que depende de todos los implicados. Pero el plan que propone la separación ad infinítum entre israelíes y palestinos es producto del trabajo unilateral de Kadima. Algo que no sorprende, pues la política de Olmert como premier en funciones y la que pondrá en marcha en caso de ser jefe del Ejecutivo se identifica con el fundador de Kadima, Ariel Sharon, el autor de la retirada unilateral de los colonos de la Franja de Gaza del pasado verano. El proyecto que fija las fronteras de Israel es una muestra del saber hacer unilateral israelí, hecho que no sienta bien a la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Fatah, el partido del presidente palestino, Mahmud Abbas, rechaza toda acción unilateral de Israel. Así, la semana pasada Saeb Erekat, el jefe palestino de las negociaciones con el Estado israelí, aseguraba que el plan de Kadima dificultará futuros acuerdos. Por su parte, Hamas, la organización que liderará el nuevo Gobierno palestino, se pronunció sobre el plan anunciado por Olmert de manera incendiaria. El viernes pasado, Khaled Mechaal, miembro de la dirección de Hamas, aseguró que “la desconexión israelí de los territorios palestinos es una declaración de guerra”. La desmesura de Mechaal se justifica, en parte, porque la “desconexión” propuesta por Olmert implica la anexión israelí de un 10 por ciento de territorios de Cisjordania. Eso no es todo, el plan de Kadima supone, sólo, la evacuación de 55.000 de los cerca de 250.000 colonos que ocupan de forma ilegal territorio palestino en Cisjordania. “Según sus planes [los de Olmert], nos quedará entre el 45 y el 60 por ciento de Cisjordania”, decía la semana pasada Jad Issac, director de Arij, una organización que lucha por la defensa de los Derechos Humanos de los palestinos. A falta de dos semanas para la celebración de las elecciones legislativas israelíes, el anuncio de Kadima debe entenderse como un mensaje lanzado al 20 por ciento de los electores que todavía permanecen indecisos. Olmert se presenta gracias a su plan como el único actor político capaz de determinar las fronteras de su país de una vez por todas. Frente a él, Benjamín Netanjahu, del Likud, y Amir Péretz, del Partido Laborista, niegan la conveniencia del plan sin aportar una contrapropuesta definida. La falta de definición marca la diferencia: si se celebraran hoy las elecciones en Israel, Kadima obtendría 36 diputados, el Likud, 17, y los laboristas, 19. Siendo estos dos últimos políticamente irreconciliables, todo parece indicar que Kadima se impondrá como nueva fuerza política dominante en Israel tras el 28 de marzo.