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CHINA

Los políticos chinos buscan mejoras para los agricultores

Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura2 min
Internacional12-03-2006

Los 3.000 diputados chinos inauguraron en Pekín la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN). El reto de la clase política china será suavizar las desigualdades entre el campo y la ciudad y mantener el crecimiento económico para que el gigante dormido despierte de una vez por todas.

"Es preciso reducir la brecha entre el campo y la ciudad" admitió el primer ministro chino, Wen Jiabao, en la apertura de la APN. Y es que las diferencias entre los mingong (trabajadores rurales) y los residentes de las grandes urbes se han acrecentado, y mucho, en los últimos veinte años. Así lo refleja el índice de renta per cápita de 2005. Mientras en las ciudades el salario anual medio alcanzaba los 10.492 yuanes (1.087 euros), en el campo los sueldos apenas llegaban a los 400 euros. Esta situación ha motivado un éxodo masivo del campo a las ciudades y del interior del país hacia la costa. Se calcula que para 2020 unos 500 millones de chinos habrán emigrado a la ciudad desde los años ochenta, ya que el país asiático tiene aún un excedente de trabajadores rurales de 160 millones de personas. Para abordar las desigualdades interterritoriales, el Gobierno chino ha anunciado un paquete de medidas que incluirá en el próximo Plan Quinquenal. Pekín quiere evitar a toda costa que las protestas en el campo, fuente tradicional de revoluciones, se acrecienten. Así, China impulsará la modernización de la agricultura y eliminará totalmente los impuestos agrícolas. También pretende apoyar el sector del cereal, sumido en una constante tendencia a la baja de los precios, con subvenciones. Además, Pekín tratará de poner freno a la continua pérdida de suelo cultivable y buscará fórmulas para hacer gratuitas la educación y la sanidad, servicios que actualmente, pese a ser públicos, son de pago. Con el objetivo de favorecer la integración de los emigrantes en las ciudades, el Gobierno chino se plantea también la reforma del hukou. El hukou es el permiso de residencia chino que califica como rurales o urbanos a todos los habitantes del país. Así, un ciudadano con hukou rural al llegar a la ciudad no tendrá garantizados los mismos derechos que un habitante urbano, sea cual sea el número de años que lleve residiendo allí. Pekín de todos modos no contempla la abolición total del documento por temor a que ello provoque una emigración insostenible para las ciudades. En la APN también se habló del gasto militar en los próximos presupuestos estatales. China aumentará en casi un 15 por ciento el dinero dedicado a esta partida, situando así su gasto militar en unos 30.000 euros. Pekín trata de esta forma garantizar que sus amenazas contra Taiwán sean palpables. Más allá del espíritu reformista de la APN, en las calles de Pekín parece que no cambian mucho las cosas. El Gobierno chino ha desplegado 620.000 efectivos de seguridad para reprimir posibles protestas ciudadanas. Además, decenas de disidentes del Régimen fueron detenidos en los días previos a la apertura de la Asamblea, lo que indica que el status de las libertades en el país asiático aún se encuentra bajo mínimos.