DROGAS
El consumo abusivo de cannabis en adolescentes produce trastornos
Por Elena R. Blázquez2 min
Sociedad07-03-2006
La disponibilidad de dinero y la facilidad para conseguir cannabis hacen que los adolescentes empiecen a fumar porros de forma habitual. De este modo aumenta su riesgo de padecer, con el tiempo, brotes psicóticos o esquizofrenia. El uno por ciento de los jóvenes españoles fuma de dos a tres porros al día.
Curiosidad, experimentar nuevas sensaciones, diversión... Son las "bondades" del cannabis que incitan a los jóvenes a consumir esta droga a una edad cada vez más temprana. Actualmente en España, se comienza alrededor de los 14 años. Nuestros escolares son los cuartos en Europa que más porros fuman, detrás de de la República Checa, Francia y Reino Unido. En los últimos 10 años, el consumo de esta sustancia se ha duplicado entre los 14 y 18 años. Entre un 36 y un 43 por ciento de los estudiantes españoles reconoce haber tenido contacto con ella alguna vez y un 25 por ciento en el último mes según los datos de dos macrosondeos, la Encuesta sobre Drogas a Población Escolar y el ESTUDES, realizados en 2002 y 2004. Aunque en la mayoría de los casos se trata de consumos experimentales y esporádicos, el uno por ciento de los chicos interrogados admitió fumar entre dos y tres porros diarios. Esta cantidad está considerada por los expertos de riesgo para el desarrollo cerebral. Esta semana, el Ministerio de Sanidad presentará el informe del Plan Nacional de Drogas sobre las consecuencias médicas del abuso de estupefacientes. A los 15 o 16 años, fumar porros de forma habitual provoca una alta tasa de fracaso escolar -debido a los problemas de memoria y concentración-, y una mayor frecuencia de episodios depresivos y ansiedad. A largo plazo, el riesgo de desarrollar un trastorno psicótico -que se manifiesta con delirios, alucinaciones y alteraciones cognitivas y del comportamiento- es de dos a tres veces superior. Mientras, el riesgo de desarrollar esquizofrenia se multiplica por seis entre los que fuman cannabis de forma regular a los 18 años. Los expertos apuntan algunas razones para explicar este aumento del consumo de estupefacientes. La primera: la escasa percepción de sus riesgos. Por su parte, la delegada nacional del Plan sobre Drogas, Carmen Moya, ha advertido de que las drogas están mitificadas, porque se suelen omitir los problemas de salud que desencadenan para los que inician el consumo a edades tempranas. A ello se une la facilidad para adquirir las sustancias. Más del 71 por ciento de los jóvenes piensa que podría conseguirla fácilmente. Porque disponen de dinero y los porros resultan baratos: aproximadamente un euro cada uno. Y porque la circulación en nuestro país es muy amplia debido a la proximidad con Marruecos, el principal productor de cannabis. Por último, la sociedad favorece una cultura de ocio y consumismo de esta droga, un estilo de vida en el que prima pasárselo bien. Cuando adquieran obligaciones laborales y familiares, la mayoría de los ahora adolescentes dejará de consumir. Pero un diez por ciento seguirá haciéndolo de forma abusiva.