EMPLEO

Francia aprueba un contrato para jóvenes en medio de un gran rechazo

Por Elena De Román Martín2 min

Economía11-02-2006

De nada han servido las manifestaciones que han tenido lugar a lo largo de toda Francia, organizadas por los sindicatos y las asociaciones juveniles en contra del nuevo Contrato de Primera Contratación (CPE).

A pesar del gran rechazo de los franceses a esta propuesta, la participación en las manifestaciones convocadas por los sindicatos y las asociaciones juveniles para exigir “la retirada” del CPE se quedó muy lejos de la que se alcanzó en octubre de 2005 a favor del empleo y del poder adquisitivo. En total, asistieron 218.000 personas, según los organizadores, y 40.000 según la Policía. Finalmente, la Asamblea Nacional Francesa ha aprobado el CPE, destinado a menores de 26 años en empresas de más de 20 asalariados, que permitirá al empresario despedir al joven contratado sin tener que dar ninguna justificación durante los dos primeros años, un periodo de tiempo que el primer ministro, Dominique de Villepin, ha denominado con el eufemismo “consolidación en la empresa”. El CPE se incluye como un artículo de la denominada Ley para la Igualdad de Oportunidades, que aborda diversos ámbitos como el de la vivienda y la educación, entre otros, aparte del mercado laboral. No obstante, dicho contrato no entrará de inmediato en vigor, puesto que el resto de artículos del proyecto aún deben votados en los siguientes días. Su aplicación será evaluada a finales de 2008. El ministro de Empleo francés, Gérard Larcher, ha afirmado que el CPE “es un nuevo contrato que permitirá reducir el desempleo y ofrecerá perspectivas de futuro a los jóvenes”. Con esta afirmación no está de acuerdo la oposición de la izquierda. “Es peor que el contrato más precario”, ha respondido Gaétan Gorce, del Partido Socialista. De hecho, los conservadores sacaron adelante el CPE por 51 votos a favor, frente a los 23 en contra de la izquierda. La aprobación del CPE está provocando que la imagen de Villepin se vea gravemente afectada debido a las tensiones con los sindicatos. La popularidad del primer ministro francés ha pasado, en un mes, del 49 al 44 por ciento, e iguala prácticamente a las opiniones negativas, que alcanzan el 43 por ciento.