TABAQUISMO
Europa endurece su postura ante las drogas legales
Por Beatriz Martínez1 min
Sociedad05-02-2006
Antes todo era posible en Amsterdam pero la prohibición de fumar ha llegado a la capital más bohemia de Europa. El atractivo de los coffee shops en esta ciudad se ha oscurecido ante la prohibición de fumar porros o cualquier tipo de drogas en las calles de la capital. El anuncio coincide con un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Dicho documento afirma que 180 millones de personas, es decir, un tres por ciento de la población, consume drogas ilegales. Precisamente, estos días tiene lugar en Suiza la primera conferencia de las partes en el Convenio marco de la OMS para el control del tabaco. Se evaluarán los resultados conseguidos desde el año 2005, se estudiará la aceptación y adaptación de los ciudadanos a las normativas y se marcarán nuevas metas con el objetivo de reducir el consumo de tabaco. Mientras, en España se hace balance del primer mes de la polémica Ley antitabaco. La ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, ha anunciado que en un año habrá que dar un paso adelante en cuanto a los bares y cafeterías de menos de cien metros cuadrados. Actualmente la decisión de permitir fumar o no hacerlo le concierne al dueño, por lo que la mayoría de estos establecimientos permite fumar. Hay que tener en cuenta que el 25 por ciento de la población es fumadora, por lo que Salgado propone aplicar la restricción de fumar a todos los bares independientemente de su extensión, como ya se ha hecho en otros países como Italia. La ley ha sido mucho más inflexible para los lugares de trabajo, donde no ha habido lugar a opciones, mientras los trabajadores opinan que su derecho a fumar en la calle puede suscitar problemas por ausentismo laboral que tendrán que resolver recuperando el tiempo invertido en fumar esos tres cigarrillos. Una de las cuestiones que más se comentan en los últimos días, referente al consumo de tabaco, es la guerra de precios que han iniciado las empresas tabaqueras. Este asunto, según el Ministerio de Sanidad, le corresponde al Economía, pero no parece fácil de resolver.