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ACHIQUE DE ESPACIOS

La grandeza de Freire

Fotografía
Por Nacho García BarcoTiempo de lectura2 min
Deportes14-10-2001

Después de su última hazaña, al cántabro Óscar Freire le quedan cada vez menos dudas de que él es uno de esos deportistas tocados con una varita mágica, es decir, elegido para la gloria. Es lo único que se puede pensar si se repasa con detenimiento el historial deportivo en los últimos tiempos de este ciclista poco valorado en España. Quizá por eso -y por el peso del dinero- decidió hace ya un par de años emigrar a Italia, gracias al equipo Mapei, en busca de éxitos deportivos y algo de cariño. Allí, su fulgurante carrera ciclista se vio frenada por una lesión de espalda que llegó a sacar de quicio al corredor. Tanto que por su cabeza pasó el fantasma de la retirada. Los médicos no encontraban cura a esas dolencias interminables y sus detractores, aquellos que le habían criticado su marcha a Italia sólo por dinero, encontraron una excusa para intentar su hundimiento definitivo. Pero fue ahí donde la superación y la entrega personal del ciclista hizo el resto. Por eso, un buen día, tras mucho trabajo, aunque sin estar curado, los males desaparecieron y el Freire campeón volvió a entrar en escena. Avalado por un campeonato del mundo en ruta en el año 1999 y por una medalla de bronce en el Mundial de fondo en carreteraun año más tarde, Óscar Freire prometía grandes emociones en el presente campeonato de Lisboa y las ha cumplido. Ha vuelto a subirse hasta lo más alto de un podio para decirle a todos los que en él no creían que sigue vivo. Lo ha hecho en el Mundial de ciclismo celebrado en la capital lusa después de conseguir una merecedísima medalla de oro que vuelve a poner de manifiesto el papel del ciclismo español. Porque aunque la medalla cuelgue de su cuello pertenece a todo el equipo nacional, que ha sido el que a trabajado a destajo por y para él. El esfuerzo de los españoles en los últimos kilómetros, lanzando a Freire hacia el estrellato, habla de la cantera inagotable de ciclistas que hay en en España. A pocos metros de la línea de llegada Freire ha vuelto a demostrar que es uno de los mejores sprinters del mundo, si no el mejor, y que ni los más renombrados campeones como Zabel o Ullrich pueden con él. Ahora, cuando llegue a España con la medalla colgada al cuello, todos querrán estar cerca del campeón. Entonces será momento de recordar que el ciclismo español crece día a día sin límite, igual que crece Óscar Freire en las grandes citas, como él mismo ha demostrado.