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ENDESA Y GAS NATURAL

Una ¬telenovela¬ con altos índices de audiencia e importantes actores

Por Paula Escalada MedranoTiempo de lectura2 min
Economía24-12-2005

La historia de la Oferta Pública de Adquisición (OPA) a Endesa de manos de Gas Natural no es sólo la historia de David contra Goliat, es mucho más que eso. Es todo lo que ello conlleva, sumado a los tejemanejes que tiene, por ejemplo, una temporada completa de capítulos de telenovela sudamericana.

Todo comenzó a finales de verano, en septiembre, cuando saltaba a la luz un auténtico bombazo: Gas Natural cometía la osadía de enfrentarse a la gigante eléctrica Endesa y le lanzaba nada más y nada menos que una OPA hostil en toda regla. Desde entonces, comenzó un culebrón que no por casualidad o por falta de otros temas lleva ya más de tres meses en pleno apogeo, sino que se ha convertido en un tema tan notorio porque en ella misma incluye una historia que va más allá de lo empresarial: alcanza de pleno lo político. Es tan sencillo como que Gas Natural tiene gran parte de su mercado en Cataluña y por eso el Gobierno la apoya. Y el Partido Popular apoya a Endesa precisamente por lo contrario, por no favorecer a Cataluña y a los socios del Gobierno. Pero, además, la historia está trayendo tanta cola por la enorme resistencia de Endesa. Nada más producirse el anuncio de la OPA y ante el temor de que la eléctrica no se dejara absorber tan fácilmente, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) lanzó una misiva a Endesa para que recordara sus obligaciones legales respecto a la OPA, especialmente su deber de “pasividad”. Con esto, la compañía quedaba KO, gracias a una ley que le prohibía “realizar cualquier operación que tenga por objeto perturbar el desarrollo de la OPA”. Pero Endesa no se quedó quieta y presentó un recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional contra el de la CNMV. El recurso fue aceptado en noviembre y el camino quedó libre para el contraataque de la eléctrica. Pero este contraataque ya había empezado mucho antes. Para ese momento, Endesa ya había recurrido a la Comisión Nacional de la Energía (CNE). Y, meses después, este órgano autorizó la OPA al considerar que la operación no suponía un riesgo para el transporte y distribución de energía. Al verse tan indefensa y, dentro de esta maraña de recursos, Endesa decidió recurrir a la Comisión Europea (CE) para pedirle que fuera ella la encargada de supervisar la operación. Surgió entonces el dilema de quién debía de ser el juez de la contienda: si el Gobierno español o las autoridades europeas. El Gobierno se mostraba tajante: las competencias de este asunto no le corresponden en absoluto a Bruselas. Por otro lado, la oposición del PP también se mostraba tajante en su oposición a la OPA y veía en Europa la única salvación para Endesa. Pero Europa se “lavó las manos” y la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, cedió el poder de decidir a los órganos españoles. Y así ha sido.