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CIENCIA

Se ha puesto en órbita un nuevo satélite meteorológico

Por Elena R. BlázquezTiempo de lectura2 min
Sociedad21-12-2005

Detectar posibles catástrofes naturales para poder evitarlas. Esa es una de las funciones del programa Meteosat de Segunda Generación (MSG). El último satélite, el Meteosat 9, será capaz de transmitir 20 veces más información que sus antecesores.

Los satélites meteorológicos se han convertido en elemento esencial de los pronósticos meteorológicos y de la vida moderna. La Agencia Espacial Europea (ESA) junto con la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (Eumetsat) han sido las responsables de la construcción de estos satélites en Europa en las tres últimas décadas. El MSG-2 es el último de una serie de satélites Meteosat, que llevan desde el año 1977 estudiando nuestro planeta. En total, el programa se compone de cuatro satélites, el primero de los cuales fue lanzado en agosto de 2002(con el nombre inicial de MSG-1, que después se cambió por el de Meteosat 8). El MSG-2 o Meteosat 9 fue enviado al puerto espacial europeo el 21 de junio. Se almacenó después realizarle exhaustivas pruebas. Finalmente, despegó a las 23:33 (hora española) a bordo de un cohete Ariane, desde el centro espacial de Kourou, en la Guayana Francesa. A partir de ahora habrá dos satélites MSG actuando en una órbita geoestacionaria. Uno se hallará a cero grados de longitud, sobre el África Occidental ecuatorial, y el otro se mantendrá a una distancia de diez grados para garantizar la continuidad del servicio en el futuro. El nuevo satélite será el encargado de llevar la mayor parte del peso del programa MSG, que incorpora instrumentos capaces de tomar imágenes del globo terráqueo cada 15 minutos, punto clave para predecir y seguir la evolución de fenómenos meteorológicos extremos. También podrá medir la cantidad de radiación solar que rebota al espacio y el calor que emite la Tierra. Todos los datos recogidos podrían servir como indicadores del cambio climático, y permitirán a los científicos obtener la temperatura de la superficie de los océanos y predecir posibles catástrofes naturales como huracanes, tormentas de viento o lluvias torrenciales. O dicho en palabras más técnicas: La calidad de la fotografía pasa de filmar tormentas de 2,5 kilómetros a hacerlo con nubes de sólo un kilómetro de extensión. El principal instrumento es un radiómetro denominado Serviri, formado por doce detectores sensibles a diferentes franjas del espectro electromagnético. Multiplicará por diez el rendimiento. Se prevé un coste final de la operación en 2012 cercano a los 1.300 millones de euros. Pero dentro de unos siete años las naves dejarán de ser operativas, y se sustituirán por otras dos nuevas, así que MSG se prolongará hasta más allá del año 2018.