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FÚTBOL

Al Liverpool se le resistió el ¬triplete¬

Por Paco SánchezTiempo de lectura3 min
Deportes18-12-2005

El Liverpool volvió a perder una final del Mundial de clubes –la antes conocida como Copa Intercontinental, que además de contar los campeones de Europa y Suramérica, se ha visto ampliada al resto del mundo- y ya van tres. En esta ocasión además dejó escapar la oportunidad de alzarse en el mismo año con la Liga de Campeones, la Supercopa de Europa y del Mundial. El São Paulo se proclamó justo vencedor de un torneo que, con todo, venía sembrado con muchas dudas y no las ha acabado de despejar.

El Liverpool, con su derrota en la final, desperdició una magnífica oportunidad para cosechar la triple corona del fútbol internacional. El equipo que entrena Rafa Benítez, pese a que acumuló –hasta la final– una racha de 11 partidos sin encajar un solo gol, dejó patente también su dificultad para marcar y sigue sin ganar el máximo trofeo mundial de clubes, ya que las dos ocasiones en que disputó la Intercontinental, en 1982 y 1984, perdieron contra el Flamengo brasileño y el Independiente de Avellaneda argentino. Muy diferente es el bagaje cosechado por los brasileños, que en sus dos únicas participaciones salieron vencedores en detrimento del Barcelona y el Milán. El Mundial se inició en Japón con incertidumbre: una apuesta arriesgada de la FIFA tras el fracaso de las ediciones anteriores y los graves problemas de financiación destapados con la quiebra de ISL, su empresa de mercadotecnia, en 2001, cuando el campeonato se debería haber disputado en España. A ello habría que añadir el peligro de saturar de partidos a los jugadores antes del Mundial de Alemania o el fiasco que supondría una final poco atractiva, en caso de que Liverpool o São Paulo quedasen fuera. Con la remodelación del campeonato se aumentó a seis los equipos concurrentes –uno por cada confederación continental- y se reservó a los máximos favoritos, el campeón suramericano y el europeo, para las semifinales, mientras que los otros cuatro, con peor coeficiente, disputaban una ronda previa de cuartos de final. Eliminatorias En la gran final, y pese a que el Liverpool llevó el peso del partido, el cuadro suramericano venció merced al tempranero gol del centrocampista Carlos Luciano da Silva, Mineiro, que acabó con la imbatibilidad de José Manuel Reina. Los británicos gozaron de claras oportunidades frente a un rival que se echó atrás y trató de sorprender a la contra, pero no estuvieron finos de cara al gol, ya que se toparon con el guardameta canarinho Rogerio Ceni, elegido mejor jugador del torneo. En el partido por el tercer puesto el Deportivo Saprissa derrotó al Al Ittihad por 2-3 en un partido que, pese al marcador, no resultó demasiado vistoso y entretenido. En el partido inaugural, el Al Ittihad de Arabia Saudí, campeón asiático, se deshizo del Al Ahly egipcio –que llegaba al torneo con una racha de 55 partidos sin perder–. El Deportivo Saprissa, vencedor de la Copa de Campeones de la Concacaf, sí cumplió con su condición de favorito y resolvió su pase a semifinales contra el Sydney –un club con apenas dos años de vida–. El partido por el quinto puesto se saldó con victoria de los australianos, gracias a los goles del triniteño Dwight Yorke –ex jugador del Manchester United– y David Carney, que condenaron al representante africano al farolillo rojo. En las semifinales ya entraron en juego el campeón de la Copa Libertadores y el campeón de Europa. Con más apuros de los esperados el São Paulo eliminó al Al Ittihad, y en un choque vibrante: los brasileños solo lograron doblegar a su rival con un gol de penalti marcado por el guardameta Ceni, que vio cumplido uno de sus objetivos: ser el primer meta que marcaba en el torneo. La otra semifinal no tuvo color: el conjunto dirigido por Rafa Benítez se impuso con facilidad al conjunto centroamericano por 3-0, con dos goles de Peter Crouch –más que los que había marcado en el comienzo de la temporada– y otro más, extraordinario, del capitán Steven Gerrard, que dejó muestras de su gran clase.