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IRAQ

Comienza el toque de queda debido a las elecciones

Por Susana MendozaTiempo de lectura2 min
Internacional11-12-2005

El Gobierno de Iraq ha anunciado la imposición de un toque de queda nocturno de carácter nacional con motivo de las elecciones generales del próximo jueves y que permanecerá vigente desde este martes hasta el sábado, desde las 22:00 a las 6:00 horas.

Lo que en un principio puede parecer una medida radical, no es sino el intento por parte del Gobierno de evitar las matanzas que se han previsto para evitar el desarrollo normal de las elecciones. En parte, la decisión gubernamental está fomentada en los atentados de la pasada semana, en la que murieron cinco soldados estadounidenses, cuatro de ellos en tres ataques de los rebeldes cometidos en diferentes zonas de Bagdad. Dos de los militares norteamericanos fueron abatidos a tiros en el suroeste de Bagdad, según informó en un comunicado al alto mando estadounidense. Otro falleció por fuego de armas ligeras en el norte de la capital. El cuarto militar resultó mortalmente herido al estallar una bomba de carretera en el barrio de Azamiya. Un quinto soldado murió y 11 resultaron heridos el viernes en un ataque con coche bomba. La violencia se cobró también la vida de un ingeniero egipcio que fue secuestrado y cuyo cadáver fue encontrado por la Policía en Tikrit, ciudad natal de Sadam Husein. Además, ya ha vencido el plazo dado por los secuestradores para matar a los cuatro pacifistas occidentales secuestrados en la capital iraquí. Nuevas voces trataron de interceder por los cuatro rehenes occidentales de la organización Grupo de Pacifistas Cristianos, a los que la Brigada de la Espada de la Verdad, el grupo que los retiene, amenazó con asesinarlos sino eran liberados todos los presos detenidos en las cárceles de Iraq. El Ministerio de Interior iraquí informó de la puesta en libertad de 241 detenidos de Abú Graib y de Camp Bucca pero desligó la medida de gracia a las exigencias de los secuestradores. Además, los representantes de grupos de chiíes y suníes firmaron una declaración conjunta en la que condenaron las actividades terroristas, urgieron a establecer un calendario para poner fin a la presencia militar de Estados Unidos en Iraq y reiteraron que nunca normalizarán las relaciones con Israel. Aunque lo que aseguraron que jamás firmarán será el fin de la insurgencia y defendieron su derecho a ofrecer resistencia al invasor.