DEBATE AUTONÓMICO
El PP condiciona la reforma del Senado al consenso en los estatutos
El presidente del Senado, Javier Rojo
Por Antonio Pérez Vicente2 min
España09-11-2005
Una por otra. El Partido Popular podría aceptar la reforma del Senado que propondrá el Gobierno si éste acepta un pacto global con la oposición para aprobar todas las reformas territoriales que pretende llevar a cabo Zapatero, entre ellas las de estatutos de autonomía como el de Cataluña.
Ésta ha sido la principal conclusión del debate de las Autonomías celebrado en el Senado. En un fuego cruzado entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y destacados miembros del PP como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el portavoz popular en el Senado, Pío García Escudero, las posturas de los principales partidos españoles quedaron evidenciadas. Mientras García Escudero ofreció al PSOE volver al “pacto constitucional”, su jefe de filas, Mariano Rajoy, propuso modificar la Constitución con el objetivo de fijar las competencias exclusivas del Estado –que no se podrían transferir a las autonomías-, además de elevar la mayoría necesaria para aprobar los distintos Estatutos de Autonomía a dos tercios, ya que en la actualidad es suficiente con obtener la mayoría absoluta. Por su parte, el jefe del Ejecutivo aseguró que el PP se había quedado aislado en sus peticiones. Rajoy le respondió que su partido estaba solo, pero “con medio PSOE detrás”. A pesar de tender la mano para que el PP participara en el proceso de aprobación del Estatut catalán, Rodríguez Zapatero también aprovechó el debate para acusar a los populares de negar “todo lo que es evidente”. “Sólo les falta anunciar el fin del mundo”, sentenció. Además, el líder socialista lamentó la falta de “voluntad de acuerdo real” de la oposición en los “temas importantes de España” y achacó la actitud de la oposición a que sus dirigentes “están descentrados” porque, a su juicio, niegan “psicológicamente” su derrota en las pasadas elecciones generales. Respecto a la anunciada propuesta para reformar el Senado, Zapatero manifestó que no pondrá especial interés en el proyecto porque precisa el apoyo del PP y éste va “sin ganas” de alcanzar ningún tipo de acuerdo. Como la reforma de la Cámara implica necesariamente el acuerdo entre los dos grandes partidos, el Gobierno tiraría la toalla ante la imposibilidad de contar con la complicidad de la oposición: “Si ustedes no tienen ganas, no voy ni a intentarlo. ¿Para qué?”, preguntó el presidente.