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FÚTBOL

España reaccionó en la repesca

Por Marta G. CalderónTiempo de lectura3 min
Deportes12-11-2005

Además de España, que goleó a Eslovaquia (5-1), las selecciones de Suiza, la República Checa –ésta a domicilio– y Uruguay resolvieron con victoria sus respectivos partidos contra Turquía, Noruega y Australia, con lo que se sitúan en franquía para afrontar los partidos de vuelta de la repesca para las últimas plazas del Mundial de Alemania.

España tiene cada vez más cerca el Mundial de Alemania. El partido de ida contra Eslovaquia lo afrontó el combinado que dirige Luis Aragonés con motivación, aunque también con la espada de Damocles de verse obligada a ganar para no verse fuera de un Mundial por primera vez desde 1974. Conscientes de la trascendencia del encuentro, la selección controló desde el primer minuto la posesión del balón y las ocasiones de gol, contra un rival que no opuso la resistencia esperada. Así, los hispanos mostraron su mejor fútbol y una gran efectividad, con tres goles a cuenta de Luis García. De la precaución inicial se pasó, tras el encuentro, a la euforia entre los aficionados: ahora bien, el Sabio de Hortaleza fue más moderado y declaró que la selección “había dado verdaderamente un gran paso” de cara al Mundial, e incluso aventuró la posibilidad de ganar en el partido de vuelta. En Berna, Suiza también cosechó un resultado valioso para poder entrar en el Mundial: se impuso a Turquía por 2-0, aunque debe disputar la vuelta en el caliente ambiente de Estambul. Los suizos consiguieron, sobre todo, mantener su portería a cero, lo cual era una prioridad para el seleccionador Köbi Kuhn. Los goles del defensa Philipe Senderos, que peinó un saque de falta y sorprendió al meta turco, Volkan Demirel, y el de Valon Behrami, éste a sólo cuatro minutos del final, supusieron un varapalo para los de Fatih Terim, que acusaron la ausencia del sancionado centrocampista Emre Belözoglu. La tercera plaza europea se disputaba en Oslo, en un estadio Ulleval cuyo césped estaba en condiciones lamentables. Aun así, la República Checa se impuso a una selección noruega que acusó una galopante falta de gol por parte, sobre todo, de John Carew: los de Karel Brückner lograron un valiosísimo tanto, por medio del veterano Vladímir Smicer, que les permite afrontar con relativas garantías, en Praga, el partido de vuelta. Pavel Nevded, que regresaba con su país tras haber anunciado su retirada tras la Eurocopa de 2004, lideró a los checos y creó mucho peligro por la banda izquierda. Además, en la eliminatoria entre el representante suramericano y el campeón de Oceanía, Uruguay se impuso a Australia por 1-0, en un partido cargado de morbo por ser la reedición de la repesca para el Mundial de 2002. A pesar del ambiente hostil con que fue recibida la selección aussie, ésta se mostró muy ordenada. La tónica del partido cambió, empero, cuando el delantero Diego Forlán fue sustituido por el temperamental Darío Silva: Entonces los charrúas reaccionaron hasta conseguir el gol, en un centro de Álvaro Recoba que aprovechó perfectamente Darío Rodríguez, que remató de cabeza desde el área pequeña. La estrella de los de Guus Hiddink, con todo, fue el portero Mark Schwarzer, cuya exhibición impidió que la derrota fuera mayor y permite a los australianos contar con leves opciones. El choque entre las dos cenicientas de la zona asiática y norteamericana –ambas afrontan la posibilidad de disputar por primera vez un Mundial– dejó pendiente el desenlace para la vuelta. Aun así, Bahrein sacó mayor provecho que Trinidad y Tobago, pues el gol de Husein Salman con que se adelantó en el marcador –cabeceando a la red un saque de esquina–, a veinte minutos del final, podría resultar decisivo. Sin embargo, tan sólo cinco minutos más tarde Chistropher Birchall, con un poderoso remate desde la frontal del área que levantó de los asientos a los aficionados trinitenses. El seleccionador Leo Beenhakker dio por bueno el resultado, habida cuenta de que Trinidad no jugó, a su juicio, conforme a su potencial.