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RALLIES

Citroën se despide por todo lo alto

Por La Semana.esTiempo de lectura3 min
Deportes13-11-2005

Citroën llega a su año sabático con el tercer título consecutivo de marcas debajo del brazo y con éxitos sin precedentes: las diez victorias de Sébastien Loëb, de récord –durante 12 carreras consecutivas no se bajó del podio–, más la de François Duval, que se enmendó al final de la temporada.

Citroën se despidió –temporalmente– por todo lo alto, con un nuevo doblete. Sébastien Loëb demostró una finura técnica y un ritmo imbatibles, y consiguió seis triunfos consecutivos para una decena en total: Nueva Zelanda, Cerdeña, Chipre, Turquía, Grecia y Argentina. Y aún pudieron haber sido más. Pero de ellos, el triunfo en Córcega –ganando todos los tramos– fue una verdadera demostración de superioridad, con un gran equilibrio entre un coche al término de su evolución y los neumáticos Michelin. Más problemas tuvo Guy Fréquelin con la fogosidad y la poca cabeza de François Duval, que le hicieron llamar al retirado Carlos Sainz para competir en Turquía –se subió al podio– y Grecia. Luego el ambiente se calmó y Duval, más centrado, sumó cuatro podios y encauzó el título de marcas para el equipo del doble chevron. Ford, centrado también en el desarrollo del nuevo coche para 2006, acusó en buena medida el poco trabajo de evolución del Focus WRC. Aun así, el finlandés Toni Gardemeister visitó los puntos con asiduidad e incluso cazó cuatro podios, alguno de ellos –como el de Grecia– bastante meritorio. Más discreto estuvo el checo Roman Kresta, con los quintos puestos de Córcega y Cataluña como mejores resultados, mientras que los pilotos privados de la marca del óvalo, entre ellos el español Daniel Solá, se alternaron para arañar algunos puntos en el campeonato. Peugeot y Subaru La temporada en el equipo del león ha estado marcada por la irregularidad. Si bien el finlandés Marcus Grönholm consiguió dos victorias, una en su país y la otra en Japón, y un total de seis podios, también sumó otros tantos abandonos. La fiabilidad del 307 WRC sigue siendo aún mejorable; con todo, el equipo del león no cuajó un buen final de temporada con la retirada temporal del estonio Markko Märtin, después del fallecimiento de su copiloto, Michael Park, en el rally de Gran Bretaña. Su sustituto, el sueco Daniel Carlsson, sólo consiguió puntuar en una de las cinco carreras que disputó. Subaru, en tanto, dispuso a Petter Solberg como claro primer piloto. Sin embargo, tras un buen comienzo, en el que se hizo con las victorias en Suecia y en México y amenazó el dominio de Loëb, se desinfló. El menor rendimiento de los neumáticos Pirelli y el infortunio, con varios errores de pilotaje de por medio –como le sucedió en Japón y en Cataluña–, hicieron que el triunfo en Gran Bretaña, aunque anecdótico, fuese decisivo para superar en la clasificación final a Grönholm. Más discreta resultó la alternancia en el segundo coche del australiano Chris Atkinson, que al menos dejó patente que tiene potencial y condiciones para el futuro, y el francés Stéphane Sarrazin. Mitsubishi y Skoda Los japoneses de Mitsubishi mejoraron levemente su rendimiento y, aunque sin demasiada consistencia aún –siguen estando un paso por debajo de los mejores–, cosecharon dos podios: uno al principio del año, en Mónaco, con el francés Gilles Panizzi –que luego cedería su asiento al italiano Gigi Galli–, y otro al final, en Australia, merced al finlandés Harri Rovanperä. Entre medias, el equipo japonés se ha mostrado relativamente fiable, pero también generalmente más lento que los equipos punteros. Skoda, en cambio, afronta con dudas su continuidad en el campeonato después de los discretos resultados del Fabia WRC, que sólo en las manos del veterano Colin McRae dio muestras de ser medianamente competitivo. El alemán Armin Schwarz, el único piloto fijo del equipo checo, nunca estuvo en condiciones de puntuar –salvo por errores ajenos–, mientras que las rotaciones en el segundo y tercer coche fueron meramente testimoniales: el francés Alex Bengue y el checo Jan Kopecky bastante tuvieron con puntuar en las postrimerías de la temporada.