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REFORMAS ESTATUTARIAS

El Estatuto catalán pendiente de CiU

Fotografía
Por Antonio Pérez VicenteTiempo de lectura2 min
España25-09-2005

A punto de caramelo, pero con sabor agridulce. El reformado Estatuto de Cataluña podría ver la luz en el Parlamento autonómico durante los próximos días -requisito previo antes de su presentación en las Cortes Generales-, si las divergencias entre Convergencia i Unió (CiU) y el tripartito no impiden su aprobación final.

Como en una batalla, los distintos partidos se han tirado los trastos a la cabeza a la vez que intentaban llegar a un acuerdo in extremis. Tanto desde el Partido Socialista de Cataluña (PSC) como desde CiU se han lanzado órdagos a costa de la polémica ley, especialmente en lo referente a la propuesta económica del partido de Artus Mas. "No habrá Estatut si no se acepta bajo las bases del concierto a la catalana", advirtió el portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig. La respuesta le llegó de mano del ministro de Industria y primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla: "Si el acuerdo que quiere CiU es que el PSC pase por el aro de una propuesta de concierto insolidaria, incostitucional e inviable, que se olviden", declaró. Ante el envite de CiU, el PSC negoció con la mesa la posiblidad de modificar el sistema electoral -que beneficia al voto rural-, algo que perjudicaría a los convergentes. Finalmente, la formación de Mas podría apoyar el Estatuto si no se cambia el modelo electoral y si tampoco se adelantan las elecciones para que Maragall no monopolice el triunfo de la reforma. Sobre un posible adelanto electoral se manifestó también el líder de Ezquerra Republicana de Cataluña (ERC), Josep Lluis Carod Rovira, quien advirtió que si la falta de acuerdo corresponde a la oposición, no tendría por qué haber elecciones anticipadas pero que si la "irresponsabilidad" es de los partidos en el poder, no tendría sentido mantener la coalición. Además, ERC ha asegurado que respaldará a sus socios en el Gobierno pero, al mismo tiempo, presentarán enmiendas propias al texto. Ante los continuos enfrentamientos entre los partidos catalanes, el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha tenido que mediar para que las aguas vuelvan a su cauce. Para conseguirlo ha mantenido reuniones con Maragall y con Artur Mas, al que le ha subrayado que su propuesta financiera no se puede llevar a cabo porque es inconstitucional. Además, hizo hincapié en que se trataba de una oportunidad histórica para promulgar el Estatuto. A pesar de los desencuentros entre los partidos y los retoques necesarios para la aprobación de la norma, ya hay un amplio apoyo parlamentario a una gran parte del texto, entre los que se encuentran los principios generales, los derechos y deberes, la regulación de las competencias, la organización del poder judicial o las relaciones entre la Generalitat y el Estado.