Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

GALICIA

Fraga comienza a pensar en su sucesión

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura2 min
España01-07-2005

Renovarse o morir. Esta es la disyuntiva a la que se enfrenta el Partido Popular en Galicia.

Tras la pérdida del gobierno autonómico, tanto Mariano Rajoy como Manuel Fraga son conscientes de que ha llegado el momento de impulsar un proceso de renovación en esta comunidad. La sucesión de Fraga está en la mente de todos los dirigentes populares aunque todavía tardará unos meses en producirse. El presidente del PP, Mariano Rajoy, quiere esperar a que la calma regrese al partido antes de poner en marcha una auténtica revolución interna. No es para menos. Fraga lleva 16 años al frente de la Xunta. En todo este tiempo, ha cohesionado al PP de Galicia en torno a su persona. Sin él, corre el riesgo de dividirse en dos sectores: los del birrete, encabezados por Alberto Núñez Feijoó y sustentados desde Madrid por Mariano Rajoy; y los de la boina, liderados por José Cuiña e impulsados por el poder rural de José Luis Baltar. Las tensiones entre ambas facciones han resurgido nada más perder el poder. Baltar ya ha pedido la celebración de un congreso extraordinario en el PP de Galicia para elegir al sucesor de Fraga. Mientras, Rajoy reclama calma para dilatar los cambios hasta después del verano. A partir de septiembre emprenderá algunos movimientos pero es más que probable que retrase la sucesión de Fraga hasta finales de 2005 o principios de 2006, según fuentes consultadas por La Semana.es. La dirección nacional del PP, con Rajoy y Ángel Acebes a la cabeza, cree que no hay necesidad de emprender los cambios inmediatamente pero quiere llevarlos a cabo antes de un año. La razón es meramente electoral. Rajoy quiere que la maquinaria interna del PP esté perfectamente engrasada en Galicia ante los comicios municipales de 2007. El líder de los populares se juega mucho en esa cita con las urnas, prevista para diez meses antes de las generales de 2008. Pese a la pérdida de la Xunta, Rajoy está satisfecho por el resultado electoral cosechado en Galicia. Hace un mes esperaba una derrota tan contundente, que los 37 escaños conseguidos -a uno de la mayoría absoluta- ha sabido a triunfo entre los líderes nacionales del partido. El entusiasmo es menor en Galicia, donde la pérdida de la Xunta supone una debacle para el partido y para los más de 2.000 cargos públicos designados por Fraga a lo largo de tres lustros. Todo hace prever que la sucesión de Fraga, que en otoño cumplirá 83 años, se convertirá en una guerra interna entre el sector rural de Cuiña y el moderno de Núñez Feijoó. La intención de Rajoy es aunar ambas facciones para preservar la unidad del PP de Galicia y afrontar con garantías de éxito las próximas citas electorales: tanto las municipales de 2007 como las generales de 2008, e incluso las autonómicas de 2009.