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ELECCIONES GALLEGAS

El desenlace del pulso gallego entre Rajoy y Zapatero tendrá que esperar

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura2 min
España19-06-2005

El árbitro ha pitado el final del encuentro pero todavía no hay ganador. Como si de un partido que acaba en empate se tratase, las elecciones gallegas entran ahora en un prórroga para determinar, a expensas del voto emigrante, quien se alza definitivamente con la victoria.

En estas elecciones gallegas había en juego mucho más que una mayoría absoluta, también se disputaba un pulso entre Rajoy y Zapatero cuyo resultado no se sabrá hasta el último minuto. El Partido Popular ha vuelto a ser la fuerza más votada en estas elecciones pero no llega a la mayoría absoluta, de momento, tan sólo tiene 37 escaños de los 38 necesarios para gobernar en solitario. Por ello, y debido a la inviabilidad de otras opciones, la comunidad gallega tendría un nuevo gobierno de coalición entre el Partido Socialista de Galicia (PSG) y el Bloque Nacionalista Gallego (BNG). Pero habrá que esperar. Con ello, se han confirmado las encuestas que durante toda la campaña apuntaban a que una nueva mayoría absoluta de Fraga -en el poder desde 1990- iba a depender de un pequeño porcentaje de votos. No obstante, estos resultados van mas allá de una derrota o un nueva victoria de Fraga. Las consecuencias de estos comicios pueden suponer dos cosas: un jarro de agua fría para el liderazgo de Mariano Rajoy al frente del PP, o un fracaso del PSOE incapaz de arrebatar la mayoría a un candidato de 83 años. Desde que José Maria Aznar le designase su sucesor, Rajoy ha sumado fracaso tras fracaso en lo que a convocatorias electorales se refiere. La primera fue la noche electoral del 14 de marzo en la que contra todo pronostico José Luis Rodríguez Zapatero se hacía con la presidencia y le relegaba a una oposición que meses antes parecía impensable. Poco después y casi sin tiempo para asimilar aquella derrota, los populares no levantaron cabeza, en este caso, con motivo de las elecciones europeas del 13-J. Los resultados tampoco ha sido buenos en lo que a política autonómica se refiere. En las elecciones del País Vasco de hace tan solo dos meses, el PP descendía de 19 a 15 sus representantes en el Parlamento vasco mientras que el PSOE ascendía cinco puntos. Los socialistas además ya habían ganado en Cataluña después de 23 años de gobierno de CiU y donde el PP obtenía un 11’87 por ciento de los votos. La batalla se ha trasladado ahora Galicia donde los populares podrían dejar escapar uno de sus feudos históricos. Un precio demasiado alto para el liderazgo de Rajoy. Por el contrario, el PSOE junto con Andalucía y Cataluña se haría con su tercera comunidad histórica a la espera de lo que acontezca en el Parlamento Vasco durante la sesión de investidura del lehendakari. En ambos partidos eran conscientes de lo mucho que había en juego y de ahí el nerviosismo vivido, no solo en Galicia si no también en las sedes centrales de Ferráz (PSOE) y de Génova (PP). También las reacciones posteriores a los resultados demostraban la trascendencia de estos comicios. En su comparecencia de prensa, Manuel Fraga agradecía especialmente a Rajoy por haber “participado activamente en la campaña en la que ha quedado reforzada su posición como líder nacional del partido“.