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TOROS

El niño de los ojos de Madrid

Por Almudena Hernández Tiempo de lectura1 min
Espectáculos08-06-2005

Ni el aire acondicionado del coche surte efecto en el verano madrileño. La segunda opción es bajar la ventanilla y abanicarse en los semáforos. Por fin cambia el color de uno en plena calle Serrano de Madrid. Tomamos el abanico y observamos un pequeño revuelo en la puerta de una joyería de esas de caché. Como si nada, sale del local Su Majestad el Rey.

Don Juan Carlos hizo el recado de recoger los regalitos que horas después entregaría a los tres toreros de la Corrida de la Beneficiencia, la supuesta corrida del año. La tranquilidad del monarca que estaba en la calle Serrano veinte minutos antes de tan magno festejo hacía presagiar que el espectáculo de aquel 8 de junio no iba a tener demasiado resultado. En el cartel se anunciaba uno de los triunfadores de la Feria de San Isidro, Manuel Jesús El Cid, y dos de los toreros que se quedaron fuera de las combinaciones del serial, Miguel Abellán y Antón Cortés. La terna hubo de lidiar un encierro de Samuel Flores. Los toros fueron escandalosamente aparatosos de cuerna, de comportamiento mansurrón y tuvieron muchas dificultades. El público pareció sólo entender esos problemas en los oponentes que lidió Manuel Jesús, con el que se volcó durante toda la tarde. El torero sevillano cortó una oreja a su segundo -la única de tan magna corrida-, después de una actuación entonada y un bajonado que, de haber sido protagonizado por otro torero, habría terminado en bronca. Sirva de ejemplo la actitud que mantuvieron los tendidos con la disposición que mostró durante toda la tarde el madrileño Miguel Abellán. Si la suerte le acompaña a Miguel, Madrid acabará rindiéndole tributo como ahora lo hace con el torero de moda del momento, El Cid. Por ahora, ambos diestros están empatados en cuanto al obsequio regio, pues a buen seguro que aquello que compró don Juan Carlos en la joyería de la castiza calle Serrano era idéntico para los tres que hicieron el paseíllo en la devaluada corrida de la Beneficencia, antaño, la más importante del año.