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RELIGIÓN

Benedicto XVI inicia la beatificación de Juan Pablo II antes de tiempo

Por Elena R. BlázquezTiempo de lectura2 min
Sociedad13-05-2005

Si el proceso iniciado por Benedicto XVI el 24 aniversario del atentado terrorista contra Karol Wojtyla -el 13 de mayo de 1981- culmina con la aclamación de Juan Pablo II, será el Papa beato número 11. Y si además consigue demostrar un milagro ocurrido después de su muerte, podría convertirse en el Papa santo número 89.

Aunque no se ha cumplido el plazo de cinco años que, según el Derecho Canónico, debe transcurrir tras la muerte del candidato, Benedicto XVI anunció el pasado 13 de mayo, festividad de la Virgen de Fátima, el inicio del proceso de beatificación de Juan Pablo II. El anuncio se produjo durante la reunión con el clero romano, en la que el Papa leyó el comunicado en latín. La noticia, acogida entre aplausos por los religiosos, coincide con el 88 aniversario de la primera visión de la Virgen de Fátima, de la que era gran devoto Wojtyla, y con los 24 años del atentado contra Juan Pablo II por el turco Ali Agca. El Cardenal de Milán, Dionigi Tettamanzi comentó que es la respuesta a la petición popular de "súbito santo" ("santo ya") que los fieles corearon durante el funeral de Juan Pablo II. Si la beatificación culmina, Karol Wojtyla se convertiría en el Papa beato número 11. Pero si el proceso sigue adelante, para que Juan Pablo II sea proclamado santo el candidato necesita cumplir algunos requisitos. Primero, ser venerado públicamente en vida y tras su muerte, devoción que demostraron los cuatro millones de personas que pasaron ante sus restos mortales. El segundo requisito es la vivencia de virtudes en grado heroico. La tercera condición es conseguir algún milagro que debe ocurrir después de su muerte. También es necesario reunir el dinero que cuestan los procesos normales, más de 150.000 euros, en torno a los 25 millones de las antiguas pesetas. Una cantidad insignificante para las arcas vaticanas y para un papado que dotó a la sede de Pedro de ingentes sumas de dinero. El propio Papa, con sus libros, aportó suculentos beneficios a la Iglesia. El último requisito para ser santificado es cumplir o, como en este caso, saltarse los plazos previstos para el proceso. Si se reúnen todas las condiciones necesarias, Juan Pablo II podría ser el Papa santo número 89.