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SALUD

¬Ana¬ y ¬Mía¬: cuando comer es un infierno

Por Mar GarcíaTiempo de lectura2 min
Sociedad07-05-2005

Nadie dijo que ser una princesa fuera fácil. Ana y Mía podrían ser jóvenes de entre 14 y 18 años. Podrían ser universitarias o incluso podrían ser niñas de 6 años. Incluso, podrían ser chicos. Todos tendrían una meta común: la lucha contra la comida. La lucha contra las calorías y el día a día contra las dietas, contra los kilos...

Se trata de un colectivo que no entiende de edades ni de sexos y así lo ha demostrado un estudio publicado por la Organización No Gubernamental española Protégeles. Esta organización nacía bajo la tutela de la compañía OPTENET, dedicada a sistemas de infiltrado en Internet y la asociación Acción Contra la Pornografía Infantil (ACPI). La organización tiene como fin combatir estos contenidos en la Red de redes mediante la remisión de información recibida de terceros a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Durante el último año, se han cerrado 350 páginas en Internet pro-anorexia y pro-bulimia. Este tipo de páginas han sido accesibles a cualquier usuario con las palabras "pro-ana" y "pro-mía". En ellas consejos y trucos -los llamados "tips"- para que la enfermedad pase inadvertida. Como son páginas que no buscan el beneficio hace que se encuentren en un vacío legal y no se les puedan aplicar los mecanismos que prevé la Ley de servicios de la Sociedad de la Información contra contenidos contrarios a la ley. Tampoco se puede recurrir al Código Penal porque no tipifica como delito la apología de este tipo de enfermedades. Los datos hablan. El 75 por ciento de las personas que Protégeles ha atendido por anorexia y bulimia han sido menores de entre 14 y 18 años. El resto, universitarios e incluso niños de 6 años en los que casi la mitad de ellos son varones. El problema se agrava, según Pedro Nuñez Morgades, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, con la proximidad del verano ya que el 40 por ciento de los menores de entre 12 y 15 años que van a iniciar una dieta en estas fechas lo harán sin tratamiento médico y el 10 por ciento de ellos "podrían ser anoréxicos" el próximo otoño. La incidencia de la bulimia es mayor entre las universitarias, con un 72 por ciento de afectadas y entre las adolescentes de 18 años -62 por ciento- que entre las de 17 a 14 años. Cuando la enfermedad consigue dominar por completo la vida de quien la sufre, para muchas personas la única salida posible es el suicidio. Es el mismo estudio el que revela como un alto porcentaje significativo de adolescentes no encuentran el respaldo necesario en casa, muchas veces porque estos trastornos alimenticios no son considerados enfermedades, sino conductas pasajeras por conseguir bajar unas tallas.