INMIGRACIÓN
Cerca de 700.000 extranjeros consiguen sus papeles en regla
Por Sandra Carretero1 min
Sociedad07-05-2005
Era la última oportunidad para muchos inmigrantes que deseaban regularizar su situación antes del 7 de mayo, último día establecido por el Gobierno español para pasar de ser un inmigrante ilegal a un ciudadano documentado. Por eso fueron fercuentes las largas colas durante los dos últimos días del proceso de regularización.
Caras de agotamiento y de esperanza para personas de todas las nacionalidades que ven cumplido su sueño de dejar de ser perseguidos y pasar a ser legales. Para 681.243 personas ya es una realidad su permiso de trabajo y residencia en España. El Gobierno puso en marcha la iniciativa del proceso de regularización de inmigrantes a principios de 2005 para todos aquellos que tuvieran un contrato de trabajo pero su situación fuera irregular. No pudieron legalizarse todos los que estaban previstos, por lo que el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, dio la opción a los inmigrantes de empadronarse por omisión con el único requisito de que pudieran demostrar que llevaban en España desde antes del 8 de agosto de 2004. Desde entonces, casi setecientas mil personas han salido de la economía sumergida para tener los mismos derechos que cualquier ciudadano español. Las oficinas de la Seguridad Social recibieron el 7 de mayo 48.849 solicitudes. De las casi 700.000 regularizaciones afectarán de forma positiva a los familiares de los extranjeros que ya se hayan hecho legales. El Gobierno estima que cerca de 400.000 personas se beneficiarán de manera indirecta del proceso de regularización. La cara oscura del proceso de regularización son los que se quedan fuera de esta oportunidad. Según Caldera, "entre 100.000 y 150.000 personas se quedará sin regularizar. Se analizará las circunstancias de cada individuo, se estudiará el arraigo laboral o social o serán repatriados a sus países de origen". De forma paralela al proceso de regularización, no han dejado de llegar pateras a las costas españolas con subsaharianos y marroquíes. Llegan en pateras pequeñas en condiciones infrahumanas, con hipotermias, sedientos y hambrientos. Uno de los datos más relevantes es el aumento de mujeres, muchas de ellas embarazadas, bebés y muchos menores de edad que ven en esta inmigración la última solución para obtener una vida mejor.