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CRISIS DIPLOMÁTICA

China impone cinco condiciones a Japón para sellar el conflicto

Por Chema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional24-04-2005

China y Japón protagonizaron durante la semana pasada una crisis diplomática que acabó con la solicitud de Pekín a Tokio de que cumpla con cinco medidas para cerrar la herida. El conflicto estalló después de que el Tribunal Supremo japonés rechazase la petición de 180 ciudadanos chinos para la concesión de indemnizaciones por haber sido víctimas de ataques de naturaleza biológica durante la deflagración bélica.

La reclamación china asegura que varios miles de ciudadanos de esta nacionalidad murieron debido a brotes de cólera, disentería, carbunco y fiebre tifoidea provocados por las armas biológicas empleadas por el Ejército de Japón contra China antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Con todo, Tokio reconoció hace varios años la existencia de una unidad conocida como 731, que habría sido responsable presuntamente del fallecimiento de 250.000 personas en sus experimentos en la década de 1930 y 1940. La tensión se trasladó a las calles del dragón asiático, donde consulados, tiendas, restaurantes y ciudadanos japoneses en territorio chino fueron asaltados, por lo que Tokio exigió disculpas e indemnizaciones por los daños causados en las últimas tres semanas, que Pekín se negó a corresponder. Otros episodios que sirvieron a enconar la situación fueron la aprobación por parte de las autoridades educativas japonesas de unos libros de texto que, según Pekín, maquillan las atrocidades que cometió el Ejército japonés en su ocupación de China en la primera mitad del siglo pasado; así como la polémica que mantienen ambos países por el deseo nipón de hacerse con un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Para el ministro de Exteriores chino, Wu Dawei, "la principal causa de la inestabilidad" entre ambas naciones radica en "la incapacidad de Japón para tratar el asunto de su historia y la invasión militar de China" entre 1931 y 1945. "Las relaciones entre ambos paises están en tal estado que dañan la paz y la estabilidad en la región", continuó, antes de añadir que "sin unas buenas relaciones no se puede incrementar la cooperación en el este de Asia". El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, salió al paso del problema y pidió disculpas públicas por lo sucedido en aquel periodo de la Historia. Ésta era una de las exigencias del Gobierno y los ciudadanos chinos. "En el pasado, Japón, a través de su rol colonial y de agresión, causó un tremendo daño y sufrimiento a la gente de muchos países, en particular a las naciones asiáticas", explicó Junichiro, quien añadio que "Japón afronta estos hechos de la historia con un espíritu de humildad". El mensaje sirvió para desbloquear el encuentro previsto entre las cúpulas dirigentes de ambas naciones que tuvo lugar en Cumbre Asia-Africa en Yakarta (Indonesia) el sábado de la semana pasada. Pese a ello, el gesto no fue suficiente a los ojos chinos, puesto que Hu Jintao, presidente de la República Popular, exigió a su homólogo nipón que tomase "medidas concretas" para corregir sus "acciones erróneas" de las últimas semanas. Asimismo, presentó un programa de cinco puntos a cumplir por la nación del sol naciente para zanjar la crisis. Entre ellas se encontraban, entre otros, la no injerencia en asuntos internos como el de la "rebelde" Taiwán, o la inacción de todo aquello que afecte al pueblo de China.