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GOLF

El ‘Tigre’ resurgió en Augusta

Por La Semana.esTiempo de lectura3 min
Deportes10-04-2005

Las dos primeras jornadas del Grand Slam de la chaqueta verde tuvieron nombre propio, Chris DiMarco. El estadounidense arrancó de forma increíble el torneo, con dos tarjetas de 67 golpes en los primeros recorridos, que lo llevaron a la cabeza con autoridad. Pero todo cambió en la tercera jornada y Tiger Woods volvió a recuperar el hambre de victorias para ganar su primer grande desde 2002 y recuperar el liderato de la clasificación mundial.

Tras un inicio accidentado por la lluvia, que provocó retrasos en el comienzo del torneo y dificultó el recorrido a muchos jugadores por la falta de luz, DiMarco empezó el torneo con un bogey en su primer hoyo. Pero fue su único fallo y completó un primer recorrido fantástico, con 67 golpes –cinco bajo el par del Augusta National– y se situó líder, con un golpe de ventaja respecto del fiyiano Vijay Singh y el británico Luke Donald. DiMarco repitió su espectacular actuación en el segundo recorrido, pero entonces, tras una tarjeta inicial de 74 golpes, Woods ya mostró visos de una gran mejoría, puesto que sumó 66 golpes, con ocho birdies y ni un solo fallo, y ascendió hasta la tercera posición, a seis golpes del liderato y a dos del danés Thomas Bjorn. Entre los españoles, tan sólo el malagueño Miguel Ángel Jiménez, con sendas tarjetas de 74 golpes, superó por poco, en cuadragésimo segunda posición, el corte. En cambio, Sergio García y José María Olazábal se quedaron fuera. El castellonense Sergio García firmó un recorrido para olvidar, con tan sólo un birdie y dos dobles bogeys, para un total de 77 golpes, los mismos que José María Olazábal –que ni siquiera logró bajar del par en ningún hoyo–, pese a que el vasco venía esperanzado tras haber trabajado duro en el gimnasio para aumentar la potencia de sus golpes. En la segunda jornada, seis bogeys arruinaron definitivamente las opciones del campeón de 1994 y 1999, que terminó con 76 golpes, mientras que García mejoró levemente y terminó el recorrido en el par, con 72 impactos, pero se quedó a sólo uno de entrar entre los 50 mejores. El corte se cobró víctimas ilustres, como los estadounidenses Davis Love III, David Toms y Ben Curtis, el irlandés Padraig Harrington, el inglés Lee Westwood, el galés Ian Woosnam, el alemán Bernhard Langer y el mítico Jack Nicklaus, de 65 años, seis veces campeón en Augusta, que se despidió emocionado del torneo tras 45 participaciones. Pero por los pelos no se quedó fuera el surafricano Ernie Els, muy lejos de su mejor nivel tras sendas tarjetas de 75 y 73 golpes en los primeros recorridos. Ladillo Woods ascendió al liderato con una nueva exhibición: 65 golpes, siete bajo par –y tres menos que cualquier otro golfista–, con otros tantos birdies consecutivos entre los hoyos 7 y 13 –incluido el mítico Amen Corner–, que le dieron una ventaja de tres con respecto a DiMarco, que, presionado y nervioso, entregó una tarjeta de 74 golpes, con un doble bogey en el décimo hoyo y otros tres bogeys más en los segundos nueve hoyos. Pero una tarjeta de 71 golpes en la última jornada, con dos bogeys en los dos últimos hoyos, echó al traste un triunfo que parecía seguro. DiMarco llegaba crecido al desempate, también con 276 golpes –doce bajo par–, pero Woods miró al suelo, se concentró y anotó un birdie en el hoyo 18 que zanjó cualquier debate: el Tigre, pese a su irregularidad, había vuelto. Bjorn, con 81 golpes, se vino abajo en la última jornada y cayó al vigésimo quinto puesto, con lo que el tercero se lo quedaron, empatados, el surafricano Retief Goosen y el inglés Luke Donald, a siete golpes de la cabeza. Jiménez, apenas pudo mejorar y entregó sendas tarjetas de 73 y 72 golpes –uno sobre el par– en los dos últimos recorridos, para terminar con un global de 293 golpes, cinco por encima del par, empatado en la trigésimo primera posición con el estadounidense Mark O’Meara.