Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

KIRGUIZISTÁN

La oposición se hace con el control del país y convoca elecciones para junio

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional27-03-2005

La situación parece bajo control de momento, pero las voces que auguran una guerra civil cada vez son más abundantes. En apenas una semana, la oposición ha organizado un movimiento social contra el presidente, Askar Akayev, derrocándolo de su cargo y haciéndose con el poder del país.

La oposición kirguiz ya protestaba, el 8 de enero, porque a varios candidatos se les había negado la posibilidad de presentarse a los comicios en dos vueltas del 27 de febrero y el 13 de marzo. El presidente, Askar Akayev, en el poder desde 1990, vio peligrar su puesto y por medio de la creación de un grupo político dirigido por su hija se aseguró seguir en la Presidencia del país. Tras los comicios, el Parlamento quedó bajo el control de Akayev y miembros de su clan familiar, además de algunos empresarios. La oposición, que apenas consiguió el 10 por ciento de los escaños, denunció un fraude masivo y empezó a agitar a las regiones del sur. Una feroz represión policial en Jalal-Abad, que dejó 10 muertos, fue el detonante de las protestas. El sur del país, de etnia mayoritaria uzbeka, empezó a pasar a manos de la oposición, que movilizó a miles de personas en todo Kirguizistán pidiendo la dimisión del presidente. A mitad de la semana pasada, las protestas llegaron a Bishkek, la capital. El presidente salió del país y permaneció dos días en paradero desconocido. Mientras, el líder de los manifestantes, Kurmanbek Bakiyev, al frente del Consejo Coordinador de Unidad Nacional de Kirguizistán (CCUNK) entró en el Parlamento y forzó la dimisión del ministro de Defensa, el de Seguridad Nacional y el Secretario de Estado. Con las Fuerzas de Seguridad al margen, pues se negaron a actuar, pancartas, banderas y pañuelos rosas tomaron las calles, donde miles de personas esperaron un nuevo Gobierno. El antiguo Parlamento se reunió, nombró a su presidente, Ishengbay Kadirbekov, jefe de Estado y el CCUNK pasó a ser el Gabinete de ministros. Bakiyev compareció ante los manifestantes el sábado, prometió disolver el Gobierno provisional y anunció nuevas elecciones para el 26 de junio, aunque la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) no cree conveniente esta fecha porque existen dos parlamentos paralelos. El ex presidente Akayev reapareció pocas horas después para considerar un golpe de Estado su destitución y refugiarse en Rusia, donde se le ha ofrecido asilo político. A la espera de los comicios, Asia Central tiembla ante la posibilidad de una guerra civil entre la mayoría kirguiz y la minoría uzbeka, en paz desde que en 1990 se produjera la matanza de Osh. Pero la oferta de colaboración de Rusia con el nuevo Gobierno y los intereses de éste y de EE.UU. en la región, aportan un poco de estabilidad a la situación en Kirguizistán.