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BOLIVIA

El presidente boliviano y la oposición no se ponen de acuerdo

Por Berta PardalTiempo de lectura1 min
Internacional13-03-2005

El principal problema surgió hace años cuando se intentó privatizar el negocio de gas. Los problemas sociales y la pérdida del control sobre uno de los pilares del sector energético amenazan la estabilidad de Bolivia.

Una posible crisis se asoma en Bolivia. El largo encuentro entre Carlos Mesa, presidente boliviano, y Evo Morales, líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) y principal figura de la oposición, no llegó a buen puerto. Y, sin acuerdos sobre la ley petrolera, el malestar político dentro y fuera del Congreso y las agitaciones en la calle continúan manifiestos y amenazan con más bloqueos y revueltas. Bolivia cuenta con una de las mayores reservas de gas del continente. El problema surgió con la privatización de la mitad del negocio en el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada hace años. Una medida que no se ha traducido en mejores condiciones de vida, como se pretendía y que ha dado luz verde a los sindicatos para emprender una guerra contra las petroleras. Pero el respaldo popular lo tiene Carlos Mesa. Unas 10.000 personas se encontraron el pasado viernes en la Plaza Murillo, en el mismo centro de La Paz. Secundan el llamamiento de Mesa al fin de los bloqueos ya que, pese al compromiso del líder indigenista de levantarlos, Bolivia estaba semiparalizada por 40 puntos repartidos por todo el país. El tráfico en otras ciudades parece normalizarse después de varios días bloqueado por parte de sindicatos campesinos. Éstos exigían a las petroleras un aumento en los impuestos. Aun así, la agitación social del país no cesa y existe la posibilidad de que se retome el corte de rutas. La polémica está servida. El Gobierno propone un ajuste progresivo en las regalías partiendo de un 18 por ciento mientras los campesinos exigen que la mitad del negocio hidrocarburífero se mantenga en Bolivia.