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EMPLEO

La temporalidad y el paro femenino, principales problemas del mercado laboral español

Por Javier de la FuenteTiempo de lectura1 min
Economía12-12-2004

Los datos de un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) no sitúan bien a España dentro del panorama laboral de la Europa de los 25. Según este informe, la tasa de ocupación en España se encuentra en el 59,7 por ciento, 3,2 puntos por debajo de la media europea.

Sin embargo, en los últimos 10 años, España se ha situado a la cabeza de Europa en creación de nuevos puestos de trabajo para mujeres: en 1994, la tasa de creación de empleo femenino se situaba en el 30,7 por ciento, mientras que el año pasado la misma tasa pasó a ser del 46 por ciento. Aun así, la expansión del empleo en este sector de la población sigue siendo bastante menor que en el masculino. En cuanto a temporalidad laboral, España tampoco destaca por su bajo índice, más bien todo lo contrario, puesto que dobla a la media comunitaria con un 30,6 por ciento frente al 12,8 por ciento del conjunto de la UE. En el polo opuesto se sitúan Estonia y Luxemburgo, con una temporalidad del 2,5 y el 4,5 por ciento, respectivamente. La tasa total de desempleo de España es también sobresaliente, y no precisamente por ser de las más reducidas. Polonia, Eslovaquia y Lituania encabezan la lista en la que España ocupó el cuarto puesto el año pasado al registrar una tasa total de desempleados del 11,3 por ciento. El fenómeno de la inmigración ha sido determinante, según datos del INE, para que el número total de ocupados aumente desde el 46,9 por ciento en el año 1995 al 59,7 por ciento del año pasado. Por sectores de la población, los menores de 25 años y las mujeres son los que más dificultades tienen para encontrar un puesto de trabajo. De esta forma, la tasa de paro juvenil (22,7 por ciento) resulta de multiplicar por dos la general, y la femenina (15,9 por ciento) también dobla a la masculina. Por otra parte, un buen dato: el paro de larga duración -12 meses como mínimo- se ha logrado reducir, puesto que se ha pasado del 11 por ciento en el año 1994 al 3,9 por ciento en el 2003.