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COMISIÓN 11-M

La Guardia Civil no investigó la venta de explosivos en Asturias

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura1 min
España29-11-2004

Tres de la madrugada. Faltan seis días para el 11-M. La Guardia Civil llega por sorpresa a una casa de Madrid y saca a su propietara. Los agentes le preguntan por El Chino, posterior autor de la masacre, y Emilio Suárez Trashorras, vendedor de los explosivos. El coche de la mujer coincide en modelo, color y matrícula con el empleado para transportar las bombas. Pero ella no les conoce.

Ésta es sólo una prueba que demuestra la falta de información que tenía la Guardia Civil durante los meses previos al atentado. Según las declaraciones del general Pedro Laguna ante la comisión de investigación del 11-M, la Guardia Civil investigó la trama asturiana desde marzo hasta septiembre de 2003. A través del confidente Rafa Zohuier, tenía conocimiento de los movimientos efectuados por los mineros Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro sobre el tráfico de explosivos. Las Fuerzas de Seguridad recibieron incluso un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) informándoles de que tanto Trashorras como Toro formaban parte de una mafia organizada a nivel nacional. Pero estas informaciones se quedaron en nada cuando a partir de septiembre de ese mismo año la Benemérita perdió la pista de los mineros asturianos. Poco después, comenzaron las negociaciones con los islamistas. La Guardia Civil creó un grupo especial que se creó para a investigarles. Pero, según Laguna, fue declarado "durmiente" al acabar el verano. Ahoa, tanto él como el teniente coronel José Antonio Rodríguez Bolinaga han tenido que declarar otra vez ante la comisión del 11-M para corroborar lo sucedido en esas fechas. Ambos conocían la existencia de una trama de explosivos pero no pusieron los medios necesarios para desarticularla. Por su parte, la Unión Europea reconoce que no tenía datos sobre el atentado antes del 11-M aunque sí temía que la actividad terroristas aumentase en España. El comisario de Justicia e Interior, Antonio Vitorino, aseguró que las instituciones comunitarias sólo empezaron a luchar contra las organizaciones islamistas tras el ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001.