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ESPACIO

Un avión sobrepasa en diez veces la velocidad del sonido

Por Alejandra Linares-RivasTiempo de lectura2 min
Sociedad16-11-2004

Un aparato de 3'7 metros de longitud. A 33.500 metros de altura. Más de tres kilómetros por segundo: 11.265 kilómetros por hora. Escasos segundos de vuelo. El X-43A ha conseguido una nueva marca histórica de manos de la Agencia Espacial estadounidense (NASA).

Rebasa la velocidad del sonido en diez veces, con lo que bate el récord mundial, por segunda vez en ocho meses. El vuelo, sin ocupante alguno, se llevó a cabo sobre el Pacífico, al noroeste de Los Ángeles, en un área restringida utilizada por la Marina de Estados Unidos. Un bombardero modificado B-52B transportó el avión hipersónico adosado a su fuselaje (panza) hasta los 12.000 metros. En ese momento, el artefacto se desprendió y comenzó un ascenso vertiginoso. Tras sólo unos segundos a máxima potencia, el avión comenzó a perder velocidad y finalmente se estrelló sobre el océano. La técnica empleada en el desplazamiento del X-43A es compleja. Contaba con dos motores. Al separarse del bombardero, ascendió, en primer lugar, gracias a un cohete convencional Pegaso. Éste lo elevó hasta la velocidad de Mach 4 (Mach 1 es la velocidad del sonido) y después continuó con la tecnología scramjet hasta Mach 10. Este motor atmosférico utiliza como combustible el hidrógeno, que se mezcla con el oxígeno del aire cuando éste entra en el motor a velocidad supersónica. Eso lo hace más pequeño y ligero, lo que permitirá su uso para colocar en órbita cargas más pesadas. La NASA dice que el diseño de este motor es sencillo desde el punto de vista conceptual, ya que tiene pocos elementos mecánicos móviles. Sin embargo, ha resultado muy trabajoso hacerlo funcionar. El vuelo del X-43A ha sido el tercero dentro del programa de investigación Hyper X, que comenzó en 1996. El primero, se intentó en 2001 pero el avión se desvió porque el motor convencional falló antes de que llegara el turno del scramjet. El segundo se ejecutó con éxito el pasado marzo. El aparato llegó a Mach 7 y funcionó durante 11 segundos. A partir de ahora, los estudios cambiarán su rumbo. El objetivo de la NASA es producir impulsores para el lanzamiento de satélites o naves espaciales, y aviones militares o comerciales. Las próximas fases de desarrollo tecnológico necesitarán una partida presupuestaria muy superior a la destinada hasta ahora para el proyecto (230 millones de dólares). Pero merece la pena, porque con un motor scramjet sería posible cruzar el Atlántico en menos de 30 minutos y cubrir el trayecto Madrid-Sidney en menos de dos horas.