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GESCARTERA

Cómo hacer desaparecer 18.000 millones de pesetas

Por Gema DiegoTiempo de lectura1 min
Economía31-08-2001

Desde que el asunto saliera a la luz el pasado mes de junio, el número de implicados y afectados no ha dejado de crecer. De momento, el único que permanece en prisión es Antonio Camacho, dueño de la agencia de valores. Éste había montado Gescartera junto a su padre, ya fallecido en 1992.

Durante los nueve años siguientes, Camacho se las arregló para tejer su propio negocio, saliendo relativamente airoso de las inspecciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Camacho había inventado un sistema denominado el porrazo, con el que simulaba negociar con el dinero de sus clientes y obtener ganancias. Sin embargo, lo que hacía era aprovecharse de algunos clientes para asignarles las pérdidas y así desviar el dinero hacia sus cuentas particulares. Entre los afectados se encuentran tanto particulares como asociaciones, instituciones religiosas u ONGs. De hecho, las principales inversoras del chiringuito eran las instituciones religiosas, como las Agustinas Misioneras, que confiaron a Camacho más de 500 millones de pesetas. Esto ha abierto un debate sobre los privilegios financieros de la Iglesia y el empleo que ésta hace de sus ahorros. Por otra parte, cada vez aparecen nuevos posibles cómplices de Camacho: los hermanos Giménez Reyna, el cantante Jaime Morey y su hija Laura, los presidentes de la CNMV durante los últimos 10 años, colaboradores como José María Ruiz de la Serna o Aníbal Sardón, e incluso un gran banco a escala mundial, el Hong Kong and Shanghai Banking Corporation (HSBC).