Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

FÚTBOL

Un nuevo órdago para un club que no despega

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura2 min
Deportes11-07-2002

Después de dos años de presidencia de Joan Gaspart, en los que el Barcelona no ha ganado ningún título, Riquelme viene a reforzar el ánimo de los aficionados, recelosos con la vuelta de Louis Van Gaal al banquillo.

Gaspart, por su visceralidad, es un profundo conocedor de los sentimientos de la afición culé. Sin embargo, también es consciente como nadie de que el Barcelona no festeja ningún título desde que en 1999, en la temporada del Centenario del club azulgrana, el equipo, entrenado por Louis Van Gaal, ganó la Liga. Reconoció que su experiencia como vicepresidente no le sirvió después de su primera temporada, pero los cambios en la directiva y en el banquillo no mejoraron la situación. Así, la presidencia de Joan Gaspart se ha caracterizado por la habilidad para esquivar las crisis y tratar de presentar jugadores de renombre para devolver la ilusión a los aficionados, escocidos por los grandes fichajes y los títulos conseguidos por el Real Madrid. La marcha de Luís Figo fue el primer gran varapalo: Gaspart aseguró que su marcha no perjudicaría el rendimiento del equipo, pero Rivaldo no se bastó para impedirlo. En su segunda temporada, el Barcelona fichó a Pedro Javier Saviola, que se tuvo que hacer un hueco en el once titular de Carles Rexach. Los fichajes de jugadores como los delanteros Dani y Alfonso, así como los centrocampistas brasileños Fabio Rochemback y Geovanni, no dieron el resultado apetecido, y el Barcelona terminó la Liga en cuarta posición, por detrás del Valencia, el Deportivo de La Coruña y el Real Madrid. La llegada de Juan Román Riquelme convertirá al Barça en un equipo temible en el aspecto ofensivo, si el argentino tiene un hueco y se entiende con su compatriota Saviola, con el holandés Patrick Kluivert y con el brasileño Rivaldo, que ya jugó con Van Gaal como interior zurdo. Sin embargo, la marcha de Sergi y Abelardo ha debilitado la zaga del equipo azulgrana, que podría jugar con tres defensas. El equipo culé, pues, se ha jugado un nuevo órdago para tratar de salvar con algún título el proyecto deportivo de Joan Gaspart. Sin embargo, el club ha debido renunciar a las peticiones del técnico, un defensa zurdo y un interior ofensivo, para poder afrontar la operación: la crisis en el fútbol ha obligado al Barça a contar con un escaso margen de maniobra, salvo que venda a alguno de los jugadores más apetecibles para sanear su economía, como Rivaldo, cuyo contrato concluye el 30 de junio de 2003.