Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

COMERCIO

La UE acusa a Estados Unidos de imponer aranceles ilegales al acero

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía09-03-2002

El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), George W. Bush, se ha propuesto ofrecer una del Oeste, donde los buenos jefes apliquen la ley como les venga en gana. Sin embargo, los malos países de la Unión Europea (UE), no están dispuestos a que Bush se salga con la suya.

"El mercado mundial del acero no es el Far West, existen reglas y disciplinas", ha replicado a Bush el comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, tras comprobar la obstinación del presidente estadounidense. Bush ha decidido aumentar los aranceles a la importación de acero entre un ocho y un 30 por ciento. Esta medida, que piensa empezar a aplicar el próximo 20 de marzo, afectará especialmente a la UE, que exportó en el año 2000 más de siete millones de toneladas de acero a EE.UU. La UE ha reaccionado inmediatamente, presentando una doble demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Por una parte, denuncia la discriminación que lleva a cabo EE.UU. entre los distintos países a la hora de aplicar las nuevas tarifas: se ensaña especialmente con la UE, Corea, Japón, Latinoamérica y Rusia, mientras perdona a países en vías de desarrollo o con problemas, como Tailandia o Argentina. Por otra parte, la UE también acusa a EE.UU. de interpretar interesadamente el reglamento de la OMC, y afirma que estos aranceles sólo se podrían poner en marcha si las importaciones hubieran crecido exageradamente, y "no es el caso", según asegura Lamy. La UE ha sido secundada rápidamente por Japón, Australia y Nueva Zelanda. La indignación es aún mayor debido a que la industria del acero de todos los países ha pasado por malos momentos y, a diferencia de EE.UU., ha intentado salvarse con medidas que no atentaran contra el libre comercio. La decisión de Bush se explica, en parte, por la proximidad de las elecciones de noviembre: el proteccionismo le volverá más atractivo para los empresarios acereros, un sector débil en el que se han visto obligadas a cerrar 30 empresas en los últimos cinco años. Con la guerra comercial encendiendo sus primeros fuegos, la UE afila el cuchillo del contraataque, que podrá emplear dentro de tres meses si Bush no rectifica antes. Rusia también se atrinchera, preparando sus propias medidas proteccionistas que acallen la intransigencia de Bush.