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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Cuanto más rápido se sube…

Fotografía
Por Gema DiegoTiempo de lectura1 min
Economía28-11-2004

… mayor será el trastazo al bajar. Cuanto más arriba se encarama uno, más peligro existe de desnucarse en el descenso. Y el euro, como si se hubiera emborrachado con la bebida ésa que, según dicen en la tele, te da alas, no hace más que marcar récords frente al dólar. Cabe preguntarse, ante este ascenso enloquecido, si el Banco Central Europeo sirve para algo. Cuando el euro se arrastraba por los lodos, la entidad monetaria hacía más bien poco, pero ahora que la divisa europea anda disparada hacia el infinito hace menos todavía. Que el euro se cotice en tal altas cifras es bueno para las bolsas, pero trae consigo numerosos problemas para las economías estatales. Un euro fuerte hace que a los países extranjeros les salga caro importar productos europeos, lo que reduce las exportaciones y destroza los equilibrios de las balanzas comerciales. Y lo malo de esta subida no es sólo la subida en sí, sino su espantosa velocidad. El euro no asienta campamentos con provisiones para descansar en una posible bajada ni para apuntalar su escalada. No. La moneda europea se lanza alegremente al vuelo, sin medir sus fuerzas, sin ningún tipo de precaución. Pero hay algo aún peor: los desatinos del euro impulsan la inflación, lastran las cuentas y, si a esto le unimos el elevado precio del petróleo, las previsiones de crecimiento son cada vez menos optimistas. Recemos porque el equilibrista no se caiga, porque no tiene red.