España contra Fischler
Por Ana Romero Vicente1 min
Economía17-07-2004
El comisario Europeo de Agricultura, Franz Fischler lo tiene claro: ”La reforma (del azúcar) tiene ventajas, como la posibilidad de que los remolacheros sean más competitivos”. Para el Gobierno de España esto no es palpable, y por eso ha prometido emprender acciones de oposición para defender los intereses de los agricultores españoles.
Fischler ha reconocido que con la reforma del azúcar podrían producirse cierres de fábricas en los lugares donde el azúcar es menos competitivo, como en la mayor parte de España. Pero el comisario reseña que, de no ejecutarse la reforma en los próximos 10 años, desaparecerían igualmente el 75 por ciento de los actuales 20.000 empleos de las azucareras. En España esto suena a excusa, y son muchas las voces que se han levantado para protestar. La ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, ha anunciado que el sector español sale “bastante perjudicado” y tiene el propósito de crear un grupo de trabajo “con la mayor urgencia posible” formado por comunidades autónomas, el sector remolachero y todos aquellos países que, afectados también por la reforma, quieran unirse a esta formación. El objetivo es abrir un gran foro de debate sobre esta cuestión y lograr dar “cobertura a los intereses de todos los países productores dentro de la Unión Europea”. El comisario de Economía y Asuntos Monetarios, Joaquín Almunia, ha afirmado que en todo momento ha defendido los sectores de la pesca y el azúcar españoles. Sin embargo, ha reconocido que “es verdad que los argumentos para la reforma del azúcar, tal y como los plantea el comisario Fischler, son muy sólidos”. Las críticas por parte del Partido Popular no han tardado en llegar. El portavoz del PP en el Senado, José Cruz Pérez Lapazarán, ha acusado al PSOE de su “poca capacidad negociadora” afirmando que la reforma “supone un nuevo fracaso”. También ha puesto en evidencia la falta de defensa del sector agrario por parte de Espinosa y del propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que permanece “en silencio”, sin plantear ningún tipo de soluciones.