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EL REDCUADRO

Autodeterminación

Por Antonio BurgosTiempo de lectura2 min
Opinión30-07-2001

Me he autodeterminado. ¿No quieren ellos la autodeterminación? Pues de momento he tomado una determinación, yo solito: la mía. No los soporto más. No estoy dispuesto a que me amarguen el verano como me amargaron el invierno. He puesto encima del televisor de la salita un letrero como en las discotecas de moda, sólo que sin tío cuadrado en la puerta: "Reservado el derecho de admisión". Que conste que esta autodeterminación que he tomado no es nada nuevo. He hecho lo mismo que Tía Cristina, pariente jerezana de José María Pemán. Cuando llegó la televisión a España, tía Cristina, que sería una Pemartín o una remota Domecq, no quiso por nada del mundo comprarse un aparato. Todo Jerez se compró un televisor, ya a plazos, ya al contado, menos Tía Cristina. Y eso que estaba forreta de acciones de las bodegas. No quería por nada del mundo que la televisión entrara en su casa. Y un día Pemán se lo preguntó abiertamente, dispuesto como estaba hasta a regalarle el televisor, si era por cosa de dinero. Le dijo: - No, no es por dinero, José María. Es por principios. ¿Cómo quieres que meta un televisor en casa? ¿Para que la salita se me llene de gente extraña que no conozco y que ni siquiera me han presentado? Sigo las divinas enseñanzas de Tía Cristina con esa vara de mariscal que es el mando a distancia. Como el macizo rechaza en la puerta de la discoteca de moda al que va con zapatillas de deportes o con calcetines blancos, mi mando a distancia rechaza que se me metan en la salita los indeseables. Es mi autodeterminación del zapeo. Aunque salga en el informativo de la Televisión de España, ¿por qué tengo yo que aguantar que Ibarreche se me meta en la salita, si no lo conozco de nada? Y nada digo de Arzalluz, que tampoco me lo han presentado. ¿Por qué voy a tener que aguantar que Arzalluz turbe la paz de mi hogar con su cara de vinagre y ese Circo Ruso con tigres blancos incluidos que tiene en la barriga? Plas, zapeo que te crió, y la salita queda inmediatamente libre de indeseables. Comprenderán, pues, que no escriba de la visita de Ibarreche al Rey ni de la diaria ración de vitriolo de Arzalluz. Aplicando mi autodeterminación, les pegué ayer un zapeo de pitón a rabo que tembló el misterio, en cuanto salieron. A los dos. Lo cual es muy bueno para la salud. Dicen los médicos que no ver a Ibarreche ni a Arzalluz baja muchísimo el colesterol. Les recomiendo que tomen mi misma autodeterminación. Tiene un riesgo: que zapees cuando salga uno de estos dos gachós y te aparezcan en pantalla Tamara, Paco Porras o Dantés. No les importe. Tamara, Paco Porras y Dantés suben bastante menos el colesterol. Y los triglicéridos.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor