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Alaui hace un llamamiento para acabar con la violencia y crear un nuevo Iraq

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional04-07-2004

En un discurso pronunciado tras el traspaso de poder, el primer ministro iraquí, Iyad Alaui, insta a kurdos, suníes, chiíes y a los líderes tribales y religiosos a que se unan por la prosperidad y por el fin de la violencia en el país.

"Continuaremos para lograr la seguridad y la prosperidad de Iraq", aseguraba Alaui horas después de que Paul Bremer le entregara oficialmente el poder. Según explicó Alaui, su prioridad y la del nuevo Gobierno es trabajar por la unidad y por un Iraq donde impere la tolerancia. Con ese fin, hizo un llamamiento a todos los iraquíes, independientemente de su religión, y a los líderes religiosos y tribales, especialmente a Ali Sistani, máxima autoridad chií, para acabar con los "terroristas extranjeros" que actúan en el país. También lanzó un mensaje a los miembros del antiguo partido único Baaz, que lideraba Sadam Husein, en el que les pedía que se alejen de los "mercenarios extranjeros" y avisándoles de que éstos están “en el punto de mira”, por lo que los derrotarán y llevarán ante la Justicia. Alaui subrayó la importancia y la intención de mejorar las relaciones diplomáticas con todos sus vecinos y con instituciones como la OTAN, el Fondo Monetario Internacional o la Organización de la Conferencia Islámica. Además, señaló la reactivación de la economía, la lucha contra el desempleo y la reconstrucción de la infraestructura nacional, como sus principales vías de actuación. El nuevo Gobierno ha sido designado pensando en la igualdad de todos los iraquíes. Así, la presidencia es de un suní, Ghazi Al Yauar, el primer ministro es un chií, Iyad Alaui, y el primer vicepresidente y el segundo vicepresidente, son un kurdo y un chií, Rose Shauis e Ibrahim Al Yafari, respectivamente. El Ejecutivo no podrá tomar, por ahora, decisiones políticas a largo plazo, ni tendrá el control de los 160.000 efectivos que EE.UU. tiene destinados en Iraq ni de las 1.000 personas que trabajaran en la embajada norteamericana a las órdenes de Negroponte a partir de ahora. La noticia del traspaso fue bien recibida por todos los jefes de Estado y de Gobierno que la pasada semana se reunían en Estambul. Al término de la Cumbre, George W. Bush, que al enterarse del traspaso por una nota firmada por Condoleezza Rice -consejera de seguridad- estrechó su mano con Blair, aseguró que no se van a "acobardar" y que está satisfecho porque prometió derrocar a Sadam Husein y devolver la democracia a Iraq.

Fotografía de Miguel Martorell