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Continúan los enfrentamientos pese a la tregua anunciada por Al Sadr

Por Isabel A. VegaTiempo de lectura2 min
Internacional30-05-2004

El líder religioso chií Múqtada Al Sadr anunció el miércoles de la semana pasada una tregua con las fuerzas de la coalición para las ciudades de Nayaf, Kufa y Kerbala, en lo que fue considerado por los estadounidenses como un “éxito significativo”. Este acuerdo llegó en uno de los momentos más críticos de la situación iraquí de posguerra y podría suponer el cese definitivo de las hostilidades que las milicias de Al Sadr vienen protagonizando en las últimas semanas.

En el convenio, se recoge el abandono inmediato de los edificios gubernamentales de las tres ciudades y el cese completo de los ataques contra las fuerzas de la coalición en estos tres puntos del sur de Iraq. “Para poner fin a la trágica situación en Nayaf y la violación (...) de los lugares santos, anuncio mi acuerdo para lo siguiente: el fin de todos los despliegues armados, la evacuación de los edificios gubernamentales (...) y la retirada de todos los combatientes del Ejército Mehdi”, reza el texto firmado por Al Sadr. Según fuentes del Ejército estadounidense, el acuerdo tuvo lugar gracias a “los esfuerzos de clérigos chiíes para convencer a Sadr de que detenga la batalla”, y se confirmó veinticuatro horas después de la detención de un cuñado suyo, lo que en palabras del portavoz de EE.UU. en Iraq, Mark Kimmit, supusó que Al Sadr tuviese “menos fuerzas de las que tenía y disponga de un lugarteniente menos”. El alto el fuego se firmó a última hora del miércoles de la semana pasada y el jueves, milicianos chiíes comenzaron a retirarse de sus bastiones en la ciudad de Nayaf. En base a un comunicado de Al Sadr, el asesor de Seguridad Nacional, Mowaffaq Al Rubaie, afirmó que a cambio de esta retirada de sus tropas, el clérigo piidió el levantamiento de la acusación que se le imputa por el asesinato de un religioso el pasado año, además de exigir que los soldados estadounidenses regresen a sus cuarteles. Pese a esta iniciativa pacificadora, los enfrentamientos en Iraq no cesaron. Según Kimmit, las fuerzas de la coalición “confían en este acuerdo, aunque llevará varios días que el alto el fuego se estabilice”. Estas palabras fueron pronunciadas en una comparecencia tras el ataque con obuses de mortero que las tropas estadounidenses sufrieron el viernes en su base cercana a Nayak. La agresión, que costó la vida a cuatro iraquíes y heridas graves a dos soldados norteamericanos, fue considerada como una “violación” del convenio firmado por Sadr, hecho que de momento, no parece que vaya a alterar el curso de la negociación.

Fotografía de Isabel A. Vega